Nos dice el Clarín Mundo (El principio del fin de la era de los Castro, 9 de marzo de 2018): “Cuba elegirá […] el sucesor de Raúl Castro. Por primera vez en casi seis décadas, tras el liderazgo de los hermanos Fidel (fallecido en 2016) y Raúl, la presidencia de Cuba recaerá en alguien que no empuñó las armas en la revolución de 1959. El nombre del nuevo gobernante se conocerá el 19 de abril”.
Sí, aunque no lo aceptemos, con sus elecciones de ayer 11 de marzo, Cuba está dando pasos para convertirse en una nueva nación, claro sin la sombra de los Castro ni de un “castrismo sin Castro”. El cambio (por ahora, una transición), lo adjudicamos a las influencias del eclipse de Sol del 29 de julio de 1897 (que “produjo” la Independencia de Cuba de España), cuyos efectos vuelven a vivir los cubanos entre 2015 y 2018, tal como lo declaráramos en el año 2014:
Hacia una renovación con mejores oportunidades de progreso ha ingresado Cuba, la misma que se incrementará en la próxima década, a pesar del grave tropiezo en lo económico y político que podría experimentar esta Isla entre 2023 – 2026 (por las influencias del eclipse del 22 de noviembre de 1919 que, de acuerdo con nuestras investigaciones plasmadas en Cuando el Cielo se Viste de Negro (CCVN) volverían a manifestarse alrededor de 2023)… Sin embargo, las acciones por una Nueva Cuba (cada vez con menos y menos “castrismo sin Castro”) continuarán produciendo buenos avances democráticos hacia 2029 – 2030, donde una crisis de reajustamiento democrático podría hacer que veamos en esta nación nuevas acciones independentistas, claro, ahora sin “castrismo sin Castro”, lo que permitirá a los cubanos que se acerquen hacia la Nueva Cuba que anhelan, aunque para mí (según mis cálculos) realmente una Nueva Nación Cubana emergerá sobre 2040 (como resultado de las influencias del eclipse de Sol que oscurecerá Cuba en 2038, y que proyectará sus primeras expresiones de un verdadero gran cambio entre 2038 y 2041. Hagamos votos para que el nuevo nacimiento de Cuba no sea producto de enfrentamiento armado).
A continuación, fragmentos de CCVN (editorial EPISTRE. Págs. 208 – 2012. Lima, 2014):
En la Guerra de Cuba por su Independencia de España, encontramos la presencia de un eclipse de Sol. En este caso, el eclipse anular del 29 de julio de 1897 (figura 67), que oscureció con su umbra a Cuba.
Después de 1897, la siguiente umbra que cruzó los cielos de Cuba fue la del 22 de noviembre de 1919, y la próxima será la del 5 de enero de 2038 (figura 67), ciento diecinueve años después. Como hemos visto, la umbra del eclipse de 1897 se asocia con la guerra de la independencia de la isla; la de 1919 con la grave recesión económica que entre los años 1920 y 1921 sumió en la miseria a casi toda la isla y generó la violencia social como reacción. La umbra del eclipse del año 2038 traerá para Cuba un cambio en el curso económico, político y social, traerá para este país una “nueva era”, como ocurrió en Rusia cuando fue “tocada” por la umbra y penumbra del eclipse del 22 de julio de 1990 y desintegró el socialismo de la URSS (1917–1991).
Y, ¿dónde se ubica el socialismo castrista de Cuba? Dentro de las manifestaciones de la renovación del ciclo de la Luna progresada del eclipse de 1897, que entre el 26 de junio de 1956 y 9 de octubre de 1959 trazó la nueva ruta política de esa nación. Estos años, 1956–1959 correspondieron al tiempo que empleó Fidel Castro, para vencer militarmente a la administración Batista y convertirse en el nuevo dueño de Cuba.
Los eclipses de Sol “provocan” un cambio, cambian las reglas de juego político, eliminan viejos poderes haciendo que emerjan otros, provocan dicotomías, pero sobretodo traen nuevas oportunidades.
Fig. 67: Eclipses de Sol sobre Cuba
Ruben Jungbluth
Lima, 12 de marzo de 2018
