Hola Amigas y Amigos ¿Cómo están hoy, jueves 30 de julio de 2020? Nombrar a nuestra plática de hoy “El Otro Mensaje” podría sonar arrogante y vanidoso; bueno, lo cierto es que hace dos días en el Perú recordamos que un 28 de julio de 1821, el generalísimo José de San Martín proclamó la Independencia del Perú, justo en el momento en que el Cielo señalaba la formación de una Luna Nueva y que un mes después se produjo un eclipse de Sol que también selló independencia de México y habría de señalar ciclos de 30 años de expansión y contracción política, social y económica en el Perú y México. Buscaremos otra ocasión para conversar sobre los ciclos de progreso en esta nación hermana, por lo que ahora nos centraremos en el Perú que está de aniversario, ocasión que, por cierto, celebramos sin la algarabía de años anteriores por causa de la pandemia por COVID-19.
Esta falta de algarabía social nos hace recordar la visita del papa Francisco al Perú que ocurriera el 18 de enero de 2018, cuando los que vivimos en la ciudad de Lima, capital del Perú, canjeamos algarabía social por algarabía espiritual al no festejar la Fundación de Lima, que tuvo lugar en 1535.
De acuerdo con los registros, la Fundación de Lima se realizó el 18 de enero de 1535; pero sucede que esta fecha tiene un error de 10 días que se relaciona con el calendario que actualmente utiliza el mundo. Por lo tanto, la real fecha de la Fundación de la ciudad de Lima es el 28 de enero, y no el 18, ya que Lima no pertenece al signo de Capricornio, sino al de Acuario. He aquí lo simpatiquísimo del arribo del papa Francisco a Lima el 18 de enero: no hubo fiestas ni algarabía social por el aniversario de la Fundación de Lima, por lo cual, de una manera muy personal vemos en ese acontecimiento un llamado del Cosmos para que nos olvidemos de celebrar a Lima el 18 de enero y lo hagamos el 28 de enero de ahora en adelante, pues hacerlo sería darle a Lima la verdadera partida de nacimiento que debe y debió tener desde hace más de 400 años. Celebrar “el cumpleaños de Lima” el 28 de enero equivale a refundarla, es ver el nacimiento de una nueva ciudad más acorde con la modernidad de este siglo XXI.
Lo propio decimos para el Perú, pero eso no significa que dejemos de celebrar la Independencia del Perú el 28 de julio de cada año, sino, más bien, hacer que los presidentes de la república juramenten su cargo el 26 de enero, o una fecha cercana a determinar. Si nuestros presidentes inauguraran sus mandatos a fines de enero y no a fines de julio, el Perú emergería como un país nuevo, estaría refundándose.
Pero algunos de nuestros oyentes podrían preguntarme a qué se debe esta “locura de cambiar la fecha de la juramentación presidencial”.
Paso a enunciar las razones para el cambio de fecha de la juramentación presidencial en el Perú, pidiendo a nuestros amigos que no residen en el Perú que nos acompañen en esta audición, pues esto también podría ser de utilidad en sus propios países en algún momento.
Señalamos que el Perú nació bajo los efluvios de una Luna Nueva y un eclipse de Sol. Si aplicamos a estos acontecimientos cósmicos en la relación Sol – Luna la técnica horoscópica de la progresión planetaria, estableceremos que el Perú ingresó en el año 2000 a un tiempo de renovación de su progreso, con un ascenso económico que se produjo desde 2003 hasta principios de 2014.
En 2014, el Perú llegó a su máximo nivel de progreso económico y, según nuestros cálculos, habría de mantenerse en dicho buen nivel económico hasta diciembre de 2017, pero su economía emprendería un declive inmediatamente después. Desde 2018, empezaríamos a vivir enfriamientos moderados de la economía en el Perú y, a partir del año 2020, caeríamos en una recesión, que calificamos de moderada, aun cuando la economía del Perú presenta una brusca recesión en julio de 2020, por causa de la pandemia por COVID-19.
Pero, preferimos decir que el Perú vive una recesión moderada en 2020, porque el panorama económico del Perú se volverá aún más crítico a partir de 2021 y será aún más crítico desde el año 2022 en adelante, para ingresar verdadera debacle económica en 2025. Obviamente, esto sucederá si no aplicamos dos medidas correctivas que nos aporta el campo de la Cosmobiología: 1era medida: la elección de la hora para la próxima juramentación presidencial del 28 de julio de 2021, que proponemos tenga lugar las 12:21 p.m. (momento en que el presidente electo debe decir: “Sí, Juro”); y, la 2da medida: que es la más importante a nuestro juicio, la Refundación del Perú.
En 2010, año en que pusimos más atención a las perturbaciones que causan los eclipses de Sol en el tiempo, al observar el eclipse de Sol que acompañó la Independencia del Perú, el eclipse del 27 de agosto de 1821, encontramos lo que acabamos de exponer: que, desde fines de 2017, digamos ya ingresando el año 2018, el Perú habría de precipitarse cuesta abajo y caería en un abismo económico hacia el año 2025; pero que tendría una gran esperanza de recuperarse en 2030 (podemos ver débiles señales de la recuperación desde la segunda mitad de 2029).
Desde antes de 2013, empezamos a difundir todo lo que estamos exponiendo, y aprovechamos esta tribuna para agradecer muy gentilmente a nuestra oyente que nos envió un recorte del diario peruano: El Comercio, de fecha 15 de noviembre del 2012, donde indiqué: “A partir del 2020 viene el declive hasta el 2030” para el Perú.
Pero, por ahora, vamos a decir que el año 2030 está muy lejano, no existe, lo que existe para nosotros es el año 2020; por lo tanto, hablemos de lo que nos queda de 2020 y, hablemos de 2021, a modo de una pincelada. Bueno, en primer lugar, señalaremos que el nuevo acercamiento de Marte hacia la Tierra, que se ve virulento desde agosto, pues, aparte de exponernos a la violencia social, a las marchas contra nuestras autoridades y a ver caudillismos, nos expone a infectarnos con COVID-19. Por lo que advertimos, entonces, que desde agosto de 2019 se viene una nueva arremetida del coronavirus, no solo para el Perú sino para el mundo entero.
Adicionalmente para el Perú, algo que es bastante grave es el hecho de un rebrote furibundo ─si se nos permitiera utilizar este calificativo para el rebrote─, que vemos venir desde noviembre del 2020, todo lo cual añade “más leña al fuego” para seguir incendiando la economía peruana, esto es, degradando cada vez más la economía, lo que es ciertamente provocado por el eclipse de Sol del 14 de diciembre, que pondrá al Perú en penumbra y, entre otras perturbaciones, generará el aumento del desempleo y mayor empobrecimiento en el Perú, situación que penetrará el primer semestre del año 2021, justo cuando las grandes potencias están poniendo en marcha un Nuevo Orden Mundial, que suele renovarse cada 20 años con nuevas reglas de convivencia en el mundo.
¿Qué podrán hacer el primer ministro Pedro Cateriano y su gabinete? Pensamos que podrán hacer muy poco para frenar la caída económica y social en la que se encuentra inmerso el Perú. ¿Se equivocó acaso el presidente Martín Vizcarra al elegir al Dr. Pedro Cateriano como primer ministro? Bueno, pensamos que la designación de Pedro Cateriano fue buena; lo que no estuvo bien fue el día de su juramentación: 15 de julio, a las 11:09 de la mañana, bajo las influencias de la oposición entre Sol y Saturno, que produce la “imposibilidad de cumplir con los objetivos”.
Tenemos la firme idea de que las juramentaciones deben tener lugar al mediodía, o cerca del mediodía, porque producen éxito en la gestión y en lo que se emprenda, pero no veremos el éxito cuando la juramentación se produce bajo las relaciones inarmónicas del Sol con Saturno.
En el mundo de la política, la relación Sol – Saturno genera dictaduras y absolutismos seguidos del rechazo de la población, así como contracción y recesión en el campo de la economía.
Aunque es cierto que, con respecto a su juramentación en el gabinete ministerial anterior, la nueva juramentación de la ministra de economía señala que ahora debe o debería tener éxito, desafortunadamente su cartera ministerial está inmersa dentro de los pronósticos hechos para la gestión del Presidente del Consejo de Ministros Pedro Cateriano, que nos indican que la ministra de economía verá frustrados sus afanes por colocar al Perú en un camino de recuperación económica. ¿Por qué? Porque el 15 de julio, a las 11:09 a.m. en la ciudad de Lima, momento en que juramentó el primer ministro Pedro Cateriano, el Cielo mostró el siguiente mensaje: “Un hombre que cava en el aire y siembra en el viento” y, entre las variadas respuestas que podemos extraer, tendremos la de “lo que haga no da fruto”.
¡Qué caray! Si el presidente de la república Martín Vizcarra hubiera esperado la llegada del 19 de agosto para juramentar al primer ministro, el enderezamiento de la economía y la recuperación del empleo en los peruanos sería una realidad. ¡Pero hay situaciones que no pueden esperar! Cierto, hay situaciones que no pueden esperar, y que solo contribuyen a que se cumplan los pronósticos que hiciéramos hace varios años para el año 2020 y para los próximos nueve años.
“Todo lo que sucede en la Tierra está escrito en el Cielo, pero no todo lo que está escrito en el Cielo tiene que suceder”, depende de nuestro accionar, de nuestra sintonía con el tiempo, esto es, depende del día y la hora que elijamos para inaugurar, juramentar, poner en marcha un proyecto o abrir una cuenta de banco.
Desde el 2015 dijimos repetidamente a través de todo canal, medio y publicación que pudimos que la juramentación presidencial del 28 de julio de 2016 debía darse a la 1:30 p.m. Pedro Pablo Kuczynski no hizo caso, con el resultado que todos conocemos: se vio apartado del poder, fue puesto bajo arresto domiciliario y, peor aún, generó un caos político y económico que ha afectado gravemente la vida del país.
Basándonos en lo que acabamos de señalar, con la esperanza que trae cada nueva juramentación presidencial, sostenemos que si el próximo presidente del Perú no juramenta a las 12 y 21 minutos del mediodía (12:21 p.m.) del 28 de julio del 2021, el Perú profundizará su caída económica.
Y lo que vamos a decir es cierto a nuestro juicio: si queremos que la economía del Perú realmente recupere los niveles que tuvo en los años 2011 – 2012, lo ideal sería que el próximo presidente del Perú juramente su cargo a las 2:36 p.m. (14:36 horas), pero esto puede reabrir las puertas a la corrupción tipo Odebrecht, mejor dicho, los empresarios tipo Odebrecht podrían manejar el Perú a su antojo, claro, si lo permitimos.
Si el próximo presidente del Perú juramentara a las 2:36 p.m., el Perú hará crecer sus arcas económicas de una manera increíble, le diríamos adiós a la recesión, el Perú viviría lo que corrientemente los economistas llaman “un milagro económico”, pero, repetimos, el gran riesgo es que los corruptos vuelvan a hacer de las suyas, por lo tanto, volveríamos a tener otros tantos Odebrecht.
¿La juramentación del 28 de julio de 2021 en el Perú debe ser a las 12:21 p.m. o a las 14:36?” Esta pregunta se asemeja a la de “¿ser o no ser?” Lo importante es que las dos horas citadas, las 12:21 p.m. y las 2:36 p.m., contienen la fuerza suficiente para frenar la caída del Perú en el pozo sin fin en el que se encuentra en estos momentos.
De nosotros depende que el próximo presidente se sintonice con la hora de juramentación presidencial más conveniente que el Perú necesita para escapar hacia arriba y adelante. ¿Cómo? Bueno, si le decimos al próximo presidente electo: “De usted depende la hora de la juramentación, no depende del presidente saliente, no depende del Congreso y no depende del Ministerio de Relaciones Exteriores, que en 2011 y 2016 frustró la hora y minutos de juramentación propuestas”, lo más probable es que el presidente electo no haga caso; entonces, ¿qué debemos hacer? Colectivamente, cada quien, desde su hogar o centro de trabajo, debe emitir pensamientos a mediodía en punto con la hora de la juramentación presidencial a una hora determinada y poniendo la alarma para no olvidarse. Los pensamientos son creadores, sino preguntemos a los arquitectos, pues ellos crean en su mente las casas que después se tornan realidad.
Me disculpo con ustedes si el tema resultó muy fuerte y hasta poco halagüeño.
Rubén Jungbluth
Lima, Perú
30 de julio 2020
