La Navidad es una de las festividades más esperadas, pero también es la temporada en la que más contaminamos: entre la comida, los juegos de luces, la decoración, los juegos artificiales, los regalos, entre otros, la Navidad se convierte en un enemigo para el medio ambiente. A continuación, te mostramos cómo reducir el impacto de contaminación en estas fiestas navideñas.
Consumo de electricidad
Las luces de colores son una pieza clave de las decoraciones navideñas de diciembre; sin embargo, también es sinónimo de una alza en el consumo de energía eléctrica en el mundo. Te recomendamos usar decoración que no implique el uso de electricidad y si aún deseas usarla, que sea solamente durante la nochebuena.
Fuegos artificiales
A pesar de lo que se pueda pensar, la pirotecnia no solo contamina el aire, sino también el el agua y suelo. Los juegos artificiales emanan componentes tóxicos como el azufre, nitrato de sodio, carbono vegetal, aluminio y monóxido de carbono, que tardan hasta tres días en disiparse y que, al ser inhaladas, pueden provocar ciertas enfermedades. Por otro lado, el ruido generado de la pirotécnica altera fuertemente a personas con autismo y a las mascotas.
Generación de basura
El uso de empaques, papel de regalo, moños, cubiertos y platos desechables, junto con plásticos de un sólo uso y productos no biodegradables contribuyen al aumento de basura durante diciembre y enero. Una excelente opción, serían darle un segundo uso a las cajas de los regalos y de preferencia entregarlos sin papel o moños.
Desperdicio de comida
A nivel mundial, un tercio de los alimentos producidos se desperdician y en diciembre esto se duplica por la gran cantidad de comida que se prepara para los festejos navideños y de fin de año. Esto ocurre porque muchas veces se cocinan más alimentos de los necesarios o se compra en exceso.
