Cada 18 meses, Venus decide ponerse en modo retrógrado y, aunque suene dramático, no es el fin del mundo (ni del amor). En 2025, esto ocurrirá del 2 de marzo al 12 de abril, sacudiendo nuestras relaciones, deseos y billeteras. Pero lejos de ser un caos, es una oportunidad top para hacer una pausa y ver qué onda con nuestra vida sentimental y financiera.
Lo Bueno de Venus Retrógrado
Aunque tiene mala fama, este tránsito nos regala momentos clave para resetear nuestra vida amorosa y financiera:
- Chequeo de relaciones: Es el momento de ver quién realmente suma en tu vida y quién ya es solo ruido de fondo.
- Amor propio al 100%: Te ayuda a reconectar contigo mismo y a definir qué tipo de relaciones te mereces.
- Ex alert: No te sorprendas si algún fantasma del pasado reaparece… ¿Le das otra oportunidad o lo dejas en visto?
- Modo ahorro ON: Venus también influye en el dinero, así que es buen momento para revisar gastos y hacer ajustes financieros.
- Creatividad en auge: La introspección te puede dar un boost de inspiración para proyectos artísticos o personales.
Las Dos Fases de Venus Retrógrado
Este viaje cósmico tiene dos etapas clarísimas que nos ponen en diferentes mood:
1. La fase de Limpieza Emocional (Inicio del Retrógrado)
Aquí sentimos que algo no cuadra. Empiezan los cuestionamientos sobre nuestras relaciones y valores, y quizá haya distanciamientos o momentos de bajón. Es como cuando limpias tu playlist y te das cuenta de que hay canciones que ya ni te gustan.
2. La fase de Reset (Fin del Retrógrado)
Cuando Venus se va acomodando de nuevo, empezamos a ver todo con más claridad. Aquí se dan reconciliaciones, nuevas conexiones y decisiones más alineadas con lo que realmente queremos. Es como hacer limpieza en el clóset y quedarte solo con lo que realmente te hace sentir bien.
Conclusión
Lejos de ser una tragedia cósmica, Venus retrógrado nos ayuda a soltar lo que ya no nos sirve y a redefinir cómo queremos amar y ser amados. Si aprendes a fluir con su energía, puedes salir de este ciclo con más confianza, claridad y, por qué no, con una playlist emocionalmente equilibrada. ¡Aprovecha el viaje!