Conversaba con un buen amigo, quien me contó: “No sé qué hacer con mi hijo, primero quería ser ingeniero, pero al año y medio de estar en la universidad, la dejó diciéndome que se había dado cuenta de que no había nacido para ser ingeniero; lo entendí y le pregunté qué quería hacer. Me dijo: “Voy a estudiar contabilidad, porque soy bueno para los números”. Bueno, me dije, al menos tendrá una carrera para defenderse en la vida. Pero allí no quedó la cosa, pues al año siguiente me dijo que iba a dejar de estudiar contabilidad, porque se había dado cuenta de que lo que quería es ser guía turístico y que ahora iba a estudiar turismo.
Mi amigo continuó diciéndome: “Todas esas indecisiones sobre los estudios de mi hijo nos están costando mucho dinero. Tengo a mi segunda hija que ya terminó el colegio y también quiere ir a la universidad, ahora ella está yendo a la academia preparación, y esto también me genera gastos, aunque solo es para sus pasajes, pero son gastos, y no sé si ella está segura de lo que quiere ser. Te cuento que hace más de un año que no me compro ni un par de zapatos. La semana pasada pisé una pequeña piedra por casualidad y me dolió hasta el cerebro y, muy a mi pesar, me di cuenta de que la suela ya se gastó”.
Imagino que esta historia no es nada nueva para muchos padres que leen nuestro blog. Queremos que nuestros hijos estudien una carrera para que se defiendan en la vida, pero qué difícil resulta con esta generación de chicos, que no saben lo que quieren y nosotros los padres no sabemos entenderlos y ni podemos ayudarlos, porque no podemos entrar en el cerebro de ellos, es más, si pudiéramos entrar a ese cerebro, quizás nos volveríamos locos.
¿Qué hacer? ¿Cómo ayudarlos? Pienso que una forma de orientarlos es que conozcan para qué han venido a este mundo. Si lo supieran, les evitaríamos tantos dolores de cabeza, pérdida de dinero y tiempo.
En el caso particular del hijo mayor de mi amigo, recordé que en una ocasión le dije a este padre que su hijo había nacido para ser médico y que, si no era orientado hacia esta carrera desde su juventud y hasta su adultez, viviría confundido, caminaría de aquí para allá y de allá para acullá, sin encontrar el rumbo. ¿Por qué? Porque nació en el momento en que Kirón se ubicó en la casa 10 de su horóscopo; por lo que él revive la historia de Kirón, aquel personaje griego que dedicó buena parte de su vida buscando una cura para su problema. Las personas que nacen con Kirón en casa 10 proyectan desorientación, cambian de carrera con facilidad,… pero, ánimo, jóvenes, si no tienen el coraje suficiente para decir “voy a estudiar medicina para ser médico”, pueden superar la amenaza de abandonar sus carreras, tomado cursos libres de masajes y Reiki, cursos para ser instructores de Yoga, etc.
Por cierto, son dos las situaciones que se presentan con Kirón en casa 10; la primera es que proyecte un movimiento directo; y la segunda, que se esté moviendo de manera retrógrada. Los nacimientos que muestran esta segunda condición de Kirón indican que los retrasos en lograr una profesión son mayores que para el primer caso. Es indudable que estos nacieron para trabajar como fisioterapistas y rehabilitadores, así como también para ser motivadores tipo coaching.
El planetoide Kirón se descubrió en 1977, en tanto que Plutón inició su gran acercamiento hacia la Tierra (que ocurre cada 248 años) en 1979. La suma de las influencias de estos dos astros ha cambiado en gran medida la relación paciente – medicina – médico, al abrirse paso la medicina holística, que ha llegado para convivir con nosotros.
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Publicado el 06-11-2018