La semana pasada, atendí a un joven que había leído el tema que publiqué en mi blog: “Amores del pasado”. Me confesó que se conmovió de principio a fin, haciéndome hincapié, tal como señaláramos en el artículo: ¿Quién no ha sufrido por ese amor imposible”?
Llamaremos Adrián a este caballero, quien por su hora de nacimiento tenía un futuro brillante (dominio de la casa 10 del horóscopo), siempre que no se viera afectado por su plano emocional (esto es, por el amor, que es dominio de la casa 5 del mismo horóscopo).
Antes de terminar su carrera, Adrián ya trabajaba en una compañía, que solo esperaba la presentación de su título de Informático para que dentro de sus nuevas responsabilidades acompañara a los más altos directivos en compromisos internacionales de la empresa. Su visión sobre la ingeniería de sistemas cibernéticos era impresionante.
Pocos meses antes de terminar su carrera, en un abrir y cerrar de ojos (¿amor a primera vista?), Adrián conoce a una dama joven, que trabajaba muy cerca de donde él trabajaba. Comenzaron a frecuentarse, el amor iba y venía entre ambos y exactamente un año después ya planeaban casarse. Hasta aquí, todo iba de maravilla, pero en la empresa de Adrián ya no, los proyectos comenzaron a faltar y por ende ya no había dinero para los sueldos. Vertiginosamente las cosas se pusieron muy mal y empresa tuvo que declararse en quiebra.
“Bueno pues –dijo Adrián– buscaré trabajo en otra empresa”. Pasaron unos meses y nuestro joven ingeniero comenzó a angustiarse, no conseguía trabajo. Su CV no inspiraba confianza cuando los gerentes que lo entrevistaban leían donde había trabajado anteriormente (en los tres años que estuvo en la empresa anterior no se había enterado de los manejos oscuros de dicha empresa, claro él no tenía por qué saberlo).
Esther, su novia que al comienzo no dio importancia a lo acontecido a Adrián, porque confiaba en su talento profesional, comenzó a presionarlo para casarse y Adrián, profundamente angustiado porque también quería hacerlo pero no podía porque no tenía nada seguro que ofrecerle, pues aun no conseguía un trabajo estable, veía como el idilio de ambos se esfumaba como por arte de magia.
Adrián, que había recibido halagos y grandes ofertas de trabajo antes de las investigaciones en que había caído su ex centro de trabajo, ahora se veía sin oportunidades laborales. Así, transcurrieron dos años, Adrián vivía de construcción de páginas webs que algunos pocos colegas lo subcontrataban a la sombra. Él quería casarse con Esther, y le propuso que después de hacerlo se podrían ir a vivir a la casa de la madre de él, pero Esther – como si le hubieran hincado súbitamente – dijo: “No”. El “No” fue tan rotundo que Adrián guardó silencio y más aún retrocedió.
Un buen día, mejor dicho, un mal día para Adrián, Esther le dijo que no quería perder su tiempo, quería progresar, hacer cosas y era mejor terminar. El corazón de Adrián terminó destrozado, pero entendió que no podía forzar la situación.
Cuatro años más tarde, Adrián totalmente recuperado y con los mismos brillos profesionales de antes, y hasta más, tenía no solo su propia oficina si no las chicas que él quisiera; pero su corazón seguía latiendo por Esther. Todas las mañanas se despertaba pensando en ella, es más se acostaba pensando en ella. Trabajaba duro para tratar de olvidarla. Una que otra vez se cruzaban en la calle y conversaban cosas superficiales, él no quería recordarle nada sobre su amor, pues ella tenía otro compromiso, que según ella, era con caballero de una muy buena posición profesional y aunque recientemente había comenzado a tener algunos problemas económicos ella lo no le daba importancia por la solidez laboral de su novio.
En nuestra entrevista, precisamente a raíz del artículo “Amores del pasado”, Adrián me preguntó que opciones tendría para reconquistar a Esther. Me dijo: “No quiero esperar 30 años, como Sofy y Antón, para reencontrarme con Esther… para qué con nuestros cuerpos ya envejecidos…”.
El caso de Adrián era parecido al de muchas parejas que he visto. Él había nacido con un Júpiter muy bien puesto en la casa 2 de su carta astral (influencia que hace a las personas muy solventes económicamente), por eso es que desde temprana edad gozaba de buenos ingresos económicos; pero, como vimos, las cosas cambiaron (se pusieron negativas en lo económico) desde cuando él se enamoró de Esther, y todo volvió a su cauce normal (económicamente hablando las cosas se pusieron muy bien para Adrián) cuando la relación sentimental terminó.
Al mirar la carta astral de Esther, encontré que Saturno se ubicaba en la casa 8, una ubicación totalmente perjudicial para el futuro económico de Adrián.
En general, si en el horóscopo de una persona Saturno se ubica en la casa 8, el cónyuge de esta persona viviría muy limitado económicamente (por no decir con un progresivo empobrecimiento).
“Adrián, eres un tipo con suerte –le dije a mi consultante–, te salvaste de vivir en la ruina económica, lo cual hubiera ocurrido si te casabas con Esther”. “Cómo que soy un tipo con suerte –me respondió Adrián –, si lo único que quiero es estar con Esther, y me dices que ella me llevaría a la ruina”. “Bueno, Adrián, es lo que veo al analizar los horóscopos de ambos. Es más, inocentemente, me dijiste que el nuevo novio de Esther ha comenzado a tener problemas económicos. Pienso que si regresas con ella, llegará el momento que no tendrás ni para una taza de té, y tu ruina ocurrirá 5 años después de estar con ella”. “Cinco años”. “Sí, cinco años, que es la distancia convertida en tiempo, desde la ubicación zodiacal de Saturno a la cúspide de la casa 8 del horóscopo de Esther”. “Bueno, ya pasaron cuatro años desde ella terminó conmigo. Si no la viera hasta dentro de un año, es más si dejara de verla dos años, que son los que necesito para hacer un post grado en el extranjero, y recién le dijera que regrese conmigo, podría decir que la mala influencia con la que ella nació ya no me afectaría”.
“Adrián, no estoy completamente seguro, que lo que me dices vaya a ocurrir, pues he visto casos de parejas con igual historia sentimental, que cuando han regresado, el tiempo vivido no les ha sido computado por Saturno, esto es, han vuelto a vivir sus pesares desde un principio”
“Rubén, entonces, ¿cómo puedes ayudarme, tienes una salida para mi? Lo que quiero es que me digas: ¿QUÉ PUEDO HACER PARA RECONQUISTARLA?” “¡Wow!, estás queriendo ir contra la corriente –le respondí a Adrián –, más parece un capricho [de enamorado que fue dejado por su enamorada y no al revés]. Tienes que sacarte la estaca del corazón, para que puedas razonar con más tranquilidad y ver con mayor claridad tu futuro”
“Entonces, Rubén, no hay nada que puedas hacer para vencer a ese Saturno”. “Bueno, vas a hacer lo siguiente (leer la receta líneas abajo), espero que te funcione, a otros lentamente les está funcionado, para que ocurra lo mismo contigo necesitas contar con la anuencia del tiempo para vencer a Saturno o Cronos (el Tiempo)”:
Aquí la receta:
1.- El 13 de agosto, cuando Marte, Venus y la Luna estén bien ubicados y recibas una buena influencia de Mercurio retrógrado, dile a Esther que te gustaría regresar con ella. Que entiendes que ella no te esperara y no importa que ella tenga ahora otro enamorado. Dile que tú puedes darle la felicidad que ella busca y merece. Arguméntale que por razones de trabajo te ausentarás de la ciudad, ah, que no sea una mentira, pero a tu regreso, en noviembre, le propondrás que sean enamorados nuevamente. ¿Por qué el 13 de agosto y por qué en noviembre? Porque el 13 de agosto (2018) Mercurio y Marte están moviéndose retrógradamente, lo que impulsa el reencuentro (por Mercurio) y la declaración sentimental de parte del varón (que es en realidad un re-lance, promovido por el acercamiento Marte hacia la Tierra). ¿Y noviembre? En noviembre, Venus estará realizando una marcha retrógrada, lo que permite las reconquistas de amor.
2.- El 10 de noviembre (2018), cuando el Sol y la Luna estén desarrollando el tercer día de la fase Luna nueva y Venus retrógrado esté armónico con Marte, vuelves a declarártele a Esther.
3.- Aplica tu profesión de sistemas informáticos, a la tributación (recaudación de impuestos, evitar la evasión de impuestos), o a la construcción (ingeniería civil) o a la agroindustria. Si tú eres especialista en cualquiera de estos campos profesionales, con el Saturno de Esther, serás un profesional muy exitoso, serás un hombre adinerado (gracias al Saturno de Esther), y los dos vivirán muy felices.
4.- Planifica tu boda, tu mudanza de casa y los nacimientos de tus hijos, y también los ingresos de las mascotas a tu hogar. Recuerda que siempre estarás siendo probado por Saturno, quien estará esperando cometas un descuido para, nuevamente, imponer su rigor sobre tu persona, y toda tu familia.
Bueno, amigos lectores, les contaré como le va a Adrián, tienen que cultivar la espera, pues con Saturno las cosas son lentas, aunque los resultados son reales.