Hace unos cuantos días, cuando me encontraba en una librería importante ojeando y hojeando un libro titulado El Millonario Instantáneo, me acordé de un consultante que, cuando lo conocí, me dijo: “Me llamo el Mala Suerte. Me contó que se había esforzado por tener un trabajo mejor, había estudiado computación y economía, es decir, le sobraban títulos pero le faltaba la suerte; y también me comentó que uno de sus hermanos se convirtió en un hombre con negocios importantes y prósperos y ni siquiera había terminado sus estudios escolares.
Durante la consulta le pregunté (como de costumbre) por el año, mes, día, hora y lugar de nacimiento y, al levantar su carta astral u horóscopo natal, encontré que este hombre había nacido con el planeta Saturno mal dispuesto en la casa del dinero (casa 2). Por más títulos que obtuviera, nunca podría llegarle ni a los tobillos a su hermano, que había nacido con un Júpiter bien dispuesto en la casa del dinero, “un Rey Midas”.
La casa o zona astrológica en la que se ubica Saturno en una carta astral tiene significados distintos. Es bueno tener un Saturno en la casa 1, que es el cuerpo físico, porque “nunca se sufrirá de gordura” (en contraste con Júpiter y Neptuno, que en la casa 1 inclinan al individuo a luchar con su sobrepeso).
Si Saturno está en la casa de los amigos, las relaciones con estos serán serias y es casi seguro que algunos serán “viejos”. En tanto que, si Saturno está en la casa 5, “la de los embarazos y los hijos”, con más del 80% de seguridad, las dificultades para engendrar a nuestros vástagos estarán presentes, impidiendo que estos nazcan (aquí es importante tener presente el mito de Cronos o Saturno “comiéndose” a su hijos), y si estos nacen (si lo hacen sin problemas de salud y sin taras), la relación padre/madre–hijo es “dura”, fría y, en casos extremos, castrante.
Volviendo a mi consultante cuyo Saturno estaba en la casa del dinero, yo pensaba lo que debía hacer para “sacarlo” de su mundo de problemas económicos, y me decía: no puede ser que en esta época, en que todo se puede, no encontremos una solución. Y mientras barajaba las salidas: celebración del cumpleaños y anticumpleaños [reunidos en el Péndulo Solar], o una mudanza, la adopción de una mascota, o tener un hijo, mi consultante me interrumpió y me dijo: “mi novia quiere casarse, pero, ¿cómo voy a casarme?, si con solo pensar en la vida que le daría, me pongo triste”.
Levanté el mapa astral de la novia y observé un hermoso Júpiter en la casa del matrimonio. “Allí está la solución”, le dije, si te casas con ella, tu suerte cambiará, mejorará rápidamente y todo será para bien. La carta de ella indicaba que su esposo sería un hombre próspero, con prestigio, alguien que destacaría en la sociedad. Le dije: “Si yo fuera tú, me caso de inmediato. Ella te lleva al éxito… y, para que mantengas tu matrimonio fresco y saludable con el tiempo, cásate en una fecha calculada cosmobiológicamente, así vuestra unión, aparte de ser fructífera, será duradera y muy feliz”.
En este caso, dicho caballero tuvo la suerte de encontrar una novia con planetas favorables para él, pero casi siempre escogemos la pareja sin ver su carta astral, y si, por “mala suerte” esta pareja (varón o dama) tiene algún planeta mal ubicado en la zona del matrimonio (casa 7) o la casa 8 (el dinero del cónyuge), en vez de sacar a su pareja adelante, vivirá una vida con tribulaciones, por no decir, miserable, no porque quiera, sino porque está marcado en la carta de él o ella.
Se busca al hombre perfecto arreglando los genes, pero, ¿te has puesto a pensar de qué valdría todo este manejo genético si este ser nace con un Saturno cuadrado con la Luna, que lo hace depresivo, o con un Venus retrógrado y no encuentra el amor, o con un Mercurio que le confiera un intelecto brillante, como a mi consultante, pero como nació sin un planeta favorable para el dinero, prácticamente estaba condenado a vivir con serias limitaciones económicas.
Podemos leer todos los libros de motivación, estudiar todo lo que queramos, pero si no tenemos nuestros planetas y estrellas “bien alineados”, no vamos a encontrar la salida para vivir la vida de comodidad a la que todo ser humano tiene derecho.
Ahora bien, si me preguntan qué día y hora son buenos para contraer matrimonio, lo que puedo decir es: Depende de las posiciones planetarias en las cartas astrales de ambos consultantes. Tenemos que hallar el día y hora más propicios para casarse, así como para firmar un acuerdo, alumbrar a un hijo, mudarse de casa o adoptar una mascota.
La carta astral de cada persona es un mundo diferente; no podemos poner “a todos en una sola canasta”, que es lo que hacemos cuando decimos, por ejemplo, “Cásense en Luna Nueva”. Claro que hay excepciones, pero son fechas con aspectos casi iguales como, por ejemplo, la fecha de la coronación de la Reina Isabel I de Inglaterra e Irlanda, y después de 450 años, pudimos encontrar dicha reunión planetaria (reunión o stellium planetario muy parecido) el 09 de junio de 2013, una fecha que, en su momento, califiqué como un “Día de Gloria para la Humanidad”; por lo que los que nacieron, se mudaron o adoptaron una mascota ese día seguirán recibiendo los beneficios por un tiempo largo.
La próxima fecha que brindará grandes beneficios a aquel o aquellos que se acojan al Factor 3M del Éxito la encontrarán en septiembre de 2020. “¿2020?” Sí, las fechas excelentes son oro en polvo.