Por más de 20 años, en cada charla, conferencia, artículo y programa de televisión que soy invitado, vengo exponiendo un descubrimiento, que he denominado, “La teoría de los bebés eurítmicos”. Siento que es un deber el hacerlo, ya que si supiéramos cuándo traer nuestros hijos a este mundo, no existirían desadaptados sociales, niños con problemas de aprendizaje, hombres y mujeres sin rumbo, etc., etc., tendríamos, quizás una nueva humanidad, que es lo que necesitamos a gritos hoy en día.
Todo empezó, para mí, en 1980, cuando oí una enseñanza de mi maestro de Yoga que hacía mención al Libro de la Santa Biblia, El Eclesiastés, que en uno de sus Versículos nos dice: “todo lo que se hace bajo el Sol tiene su tiempo y su medida, hay un tiempo para nacer y un tiempo para no nacer”. A partir de ese momento, comencé a preguntar a mis amigos, cómo se había desarrollado su infancia, su adolescencia, a partir de sus horas de nacimiento; pregunté y pregunté a los padres, cómo había variado su suerte y su fortuna con las horas de nacimientos de sus hijos; elaboré una hipótesis de trabajo, que años después dio orígen a mi descubrimiento: La hora de nacimiento de un hijo modifica el destino de su progenitor, levanta o hunde a sus padres.
Un niño eurítmico, es un niño que nace con una armonía astral, nace con todos sus planetas alineados de tal forma que no existe, ni existirá en el curso de su vida desarmonía, esto es, pobreza, desequilibrio emocional, enfermedades, etc., etc.
Sin hacer una programación del nacimiento de un bebé, en múltiples ocasiones, el cielo es bondadoso y envía a un niño fuera de serie, para fortuna de sus padres y de él mismo. Pero esta bondad es muy escasa, pues está mundialmente comprobado que el 20% de la humanidad retiene el 80% de la riqueza del planeta. En otras palabras el 80% de la humanidad vive en la pobreza. Esta relación, no cambiará con políticas. Lo único que hará más equilibrada la relación 80-20, son los nacimientos de día, óigalo bien amigo lector, los nacimientos de nuestros hijos, dentro de las 10 a.m. y las 3 p.m.
En mis investigaciones encontré que cuando los niños nacían a mediodía, el padre que era un simple empleado comenzaba a escalar posiciones sobresalientes, la familia mejoraba económicamente, pero si en unos años más venía otro niño y lo hacia de noche, el padre, como un foco de luz se apagaba, no tenia ya la voz de mando.
Quizás Ud. esté pensando… “este hombre está loco”.
Lo reto a que someta a juicio nuestra teoría dentro de su familia y con amistades, se dará cuenta que lo que digo, es verdad. Pero, aquí no queda la cosa, pues ese niño, que nació de día, cuando sea adulto tendrá poder y mando, será un líder de primera en la sociedad. Desde pequeño, los caminos florecerán fácilmente para él. Claro, no podemos dejar de señalar que los profesores escolares, lo verán como un niño problema, porque muchos profesores no están entrenados para formar líderes, prefieren a niños a quienes pueden controlar.
Se preguntarán, ¿y el niño que nació de noche?, bueno ese niño es inteligente, pero tiene que hacer más esfuerzo que aquel que nació de día. Lo más probable es que sea un seguidor, no descartamos que sea un ser libre, pero al mismo tiempo esclavo, ¿y el padre de esta criatura?, Será la persona que prefiera estar en su casa, aceptar lo que tiene. Quizás trate de hacer un negocio, pero el nacimiento nocturno de su hijo no le permitirá sobresalir. Claro, no caen dentro de esta descripción un 15% de niños que nacen de noche, ¿cuándo?, cuando el Sol se alinea con Júpiter.
Aquí un ejemplo entre un nacimiento de día y uno de noche: el Rey Juan Carlos de España nació al mediodía (1:15 p.m.) en el año 1938 y el Príncipe Carlos de Inglaterra nació hacia la medianoche (9:14 p.m.) en el año 1948. El primero se convirtió en Rey a los 37 años de edad, el segundo tiene 57 años de edad y aún no es Rey de Inglaterra.
La pastillita de la quincena:
Tenemos el deber de planificar el nacimiento de nuestros niños, no podemos dejar que vengan guiados por el azar, o decir: “lo que Dios mande”, recordemos el Eclesiastés.
Me despido hasta el viernes 21, diciéndoles a las futuras mamás: si están por alumbrar a un bebé y le van a hacer una cesárea –que es ahora moda entre las artistas, para evitar el dolor y el maltrato del cuerpo–, hable con su médico para tener a su bebé a mediodía.
Ahora bien, para las mujeres que sólo les falta una semana para dar a luz, y les gustaría que su hijo sea un gran financista, que nazca entre las 3 p.m. y 4:30 p.m. Si el padre adora el fútbol, y quisiera que su varón, que está por nacer en la primera quincena de octubre, sea un famoso pelotero, que nazca, por cesárea, entre las 11 a.m. y la 1 p.m.
Estaré escribiendo acerca de cómo mejorar nuestro destino y sacar el mejor provecho a las estrellas.
