En el Libro que publicaré en breve, menciono que dos cosas levantan o hunden a nuestro destino: El nacimiento de un niño y una mudanza.
Una mudanza óptima es aquella en la que los planetas y las estrellas están “bien alineados” con nuestro momento de nacimiento. Para hacerme entender diré que, califico a las mudanzas en: mudanzas de oro, para el día que nos permite obtener el 100% de nuestras metas y sueños, de plata para un 70% de resultados y de cobre para un 50%.
En el calendario, abundan las fechas de cobre, mas no así las de oro, pues a veces hay que esperar meses y hasta más de un año para encontrar este día valioso.
Esto nos lleva a pensar, que el acto de mudarse no es tan sencillo como la inmensa mayoría cree, máxime cuando hemos arriesgado todo nuestro capital en una casa, y nos preguntamos: podré pagarla, habrá progreso para mi familia con esta mudanza, alcanzaremos el bienestar anhelado.
De plano debemos de saber que nunca habremos de mudarnos en días de Luna llena, salvo que sea para dividir a la familia. Les contaré mi experiencia, pues aplico al pié de la letra esta mi teoría; mi esposa y yo compramos una casa al norte de Miami que se suponía nos la entregarían en Diciembre 2002, lo cual encajaba perfectamente con una fecha de oro para mudarnos, mas los constructores se demoraron y nos la entregaron en Agosto del 2003.
Revisé y revisé el resto del año del 2003 y no había absolutamente nada bueno para mudarse, tanto así que, hasta pensamos en tomar la opción de una fecha de plata, pero tampoco la había; la fecha de cobre, era imposible aceptarla, veníamos a este país con muchos deseos de abrir caminos y crecer en prosperidad, y con una fecha tan débil no ibamos a lograr el cometido.
Después de pasarme 5 días calculando, encontré que en Febrero 20 del año 2004 recién tendríamos la fecha que reunía todas nuestras exquisiteces, esto es armonía familiar, capacidad para poder cubrir nuestra deuda con el banco y tener nuevos clientes, sin perder los que habíamos dejado en nuestro país de orígen; en fín, en la fecha elegida reuníamos todo lo que queríamos, pero teníamos que esperar más de seis meses, pagando las obligaciones del banco. Decidimos cerrar la nueva casa y esperar.
Cuando llegó el momento en que debíamos mudarnos, tomamos el avión que nos trajo hasta Miami, en el día y hora que también calculamos, para entrar con el “pié derecho” a Estados Unidos (tocaré en otro artículo, la importancia de saber cuándo llegar a un lugar).
Llegó el día y hora precisa, abrimos la puerta y entramos a nuestro nuevo hogar. Ah, me estaba olvidando de mencionar que la adquisición de la casa incluyó la orientación geográfica debida.
Quiero aclarar algo, cuando hablo de mudanza, no me refiero únicamente a casa, hablo, también, de negocios, fábricas, oficinas, institutos, todo lo que conlleva un cambio de domicilio.
La pastillita de la quincena:
Aunque no lo crean, no hay días de oro en Noviembre ni en Diciembre para mudarse. Más si urge el cambio, siempre podremos contar con una fecha de plata ó recurrir a la re-mudanza (que explicaré en su debido tiempo).
Si es imposible esperar el próximo año, evite hacerlo entre las 8 p.m. y la medianoche, y busque hacerlo en Luna creciente, que en Noviembre sucede entre los días 06 y 15.
Nuestra próxima charla tratará sobre este tan importante tema, el 16 de Noviembre a las 7 p.m. en la Biblioteca de Kendall, 9101 SW 97th Ave. 305-279-0578. Los esperamos.
