“ME QUIERO MUDAR YA, YA, YA”

Esta fue la expresión de una joven de Miami que, habiendo terminado una relación amorosa, se fue a vivir a la casa de sus abuelos para tratar de olvidar lo que había sucedido; mas, como su universidad y trabajo se encontraban muy distantes de su nuevo hogar y el transporte que usaba era una bicicleta, me buscó para que le encontrara una fecha de mudanza, la misma que quería realizar en un máximo de tres a cuatro semanas. No encontré una fecha de oro, ya que esta se encontraba varios meses más adelante y, según la petición, la mudanza debía realizarse ya, ya, ya.

Después de hacer cálculos durante una hora y media, encontré una fecha dos semanas más adelante y le dije que si se mudaba en dicha fecha avanzaría en sus estudios y tendría buenos ingresos económicos, pero que el amor no le iba a sonreír, ya que, hiciera lo que hiciera, no tendría enamorado. Interrumpiéndome, me dijo: “No me interesa el amor, lo que menos quiero por ahora es amor, quiero hacer dinero y terminar mis estudios”.

La fecha de su mudanza fue el 22 de octubre de 2005 a las cinco de la mañana y siete minutos (momento en que el Sol, Júpiter y la Luna le aseguraban sus ingresos económicos; Urano le aportaba un trabajo  libre; y la Rueda de la Fortuna, su avance en la universidad.  ¡Ah!, Neptuno en la casa 5, la casa del amor, recibía una oposición o ángulo negativo de Saturno, lo que le traería decepciones y le ahuyentaría el amor). Le indiqué que no debía ingresar cosa alguna  en el inmueble antes de la fecha de la mudanza y que, una vez realizada esta acción, debía dormir en su nuevo hogar por 3 noches seguidas.

Aceptada mi propuesta, la joven “salió disparada” a buscar un departamento en el área de su interés. Transcurridas cuatro horas, me llamó y me dijo: “Ya alquilé mi departamento, me mudo el día que me indicaste”. “¡Qué bien!”, le dije, e inmediatamente le repetí: “Recuerda que no hay amor en ese departamento”, y ella me repitió con voz firme: “No me interesa el amor”.

Pasaron cinco meses y recibí  la llamada de dicha jovencita, quien me informó que estaba haciendo dinero, ya que los viernes y sábados obtenía más de 300 dólares en propinas y que, en dos días de trabajo, reunía el dinero para pagar la renta de su departamento, por lo que estaba muy contenta.

Ella me volvió a llamar cuatro meses después; esto es, nueve meses desde el día de su mudanza. Esta vez su voz no era alegre, estaba triste. Le pregunté qué le sucedía y me contó que había conocido a un joven apuesto e inteligente y que habían acordado verse al día siguiente para almorzar, pero él nunca llegó, lo que le pareció raro y no tenía cómo averiguar qué le habría sucedido. Escuché lo que esta joven me narraba, y mientras lo hacía, le decía mentalmente: “Para que encuentres el amor, para que seas correspondida, vas a tener que mudarte”.

Pasaron tres semanas y recibí un correo de ella en el que me decía que el joven que la había dejado plantada para almorzar había sido deportado precisamente el día en que iban a verse. Este caballero salía del edificio donde vivía y la policía que, acababa de llegar al mismo lugar para atender una llamada de emergencia del servicio 911, lo detuvo “por error”, siendo excarcelado y deportado tras un juicio que duró varias semanas.

Aquí cabe la pregunta: ¿Hubiera sido deportado este joven si no se hubiera conocido con mi consultante? Es imposible saber esto sin haber analizado previamente la carta astral del deportado. ¿Operó mi consultante como un detonante para que este varón fuera deportado? Sí.

Faltando un mes para que se cumpliera el primer año de su mudanza, la joven resolvió mudarse temporalmente a Francia. Ella me dijo que era “… para respirar otros aires y perfeccionar su francés”. Asimismo, me dijo que había conocido hace unos días a un muchacho que tenía planes de viajar a Barcelona al mismo tiempo que ella lo haría a Francia. Ella estaba prendada de este joven (¿amor a primera vista?). Ambos continuaron viéndose hasta el día del viaje a Europa y, como él ya estaba en autos de que, mientras ella viviera en ese departamento, no iba a haber amor, decidieron llevar una relación amical y esperar a llegar al viejo continente para iniciar el romance.

Concluyo la remembranza de lo que viviera esta joven, señalando que en mi consulta recibo personas que tienen problemas de salud, trabajo, amor, matrimonio, etc., que se produjeron después de sus mudanzas.

Amigo lector: una mudanza tiene la fuerza necesaria para llevarnos  al éxito o al fracaso. Es importante que conozcamos la mejor fecha para hacerlo. Lamentablemente, no todos los días son buenos para mudarse. Existen cuatro tipos de mudanza: de hierro, cobre, plata y oro. La mudanza de oro produce beneficios todo el tiempo, en tanto que la mudanza de hierro solo trae problemas y tragedias. Una mudanza es de hierro si se realiza en un momento en que no existe un alineamiento positivo de los planetas.

Así como expongo una cosa, también menciono lo opuesto, una que otra persona después de realizada una mudanza de oro ha vivido situaciones difíciles que le ha hecho pensar que cometí un error de cálculo. Sucede que el cosmos lo somete a un periodo de depuración para que pueda ingresar “limpio” a su era de oro. (Lo propio se ha presentado en algunas personas después de sus viajes de cumpleaños y anticumpleaños). 

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