LA LILITH DEL SIGLO XXI

A inicios de los años 70, cuando empezaba a estudiar Astrología, llegó a mis manos un libro que hablaba de “Lilith, la Luna Negra”. El nombre me intrigó y la estudié con mucho ahínco. En ese tiempo en el que la psicología de la gente era crítica, extremadamente machista, separatista y racista, todo lo que decían los libros sobre Lilith, encajaba.

Cuenta la Biblia Hebrea que Lilith fue la primera compañera de Adán. Ella fue hecha de barro al igual que él, pero ella lo abandona por un desacuerdo y vive errante porque no podía permanecer en el Cielo (Dios la corrió del Cielo). Y como no es bueno que el “hombre viva solo”, Dios creó una segunda mujer para Adán – Eva, y la hace de su costilla (convirtiéndose en un subproducto de Adán).

La elección de Lilith le significó no tener pareja, ni hijos, ni tener la riqueza del paraíso; su rebeldía se transformó en rencor y se dice que siempre estaba a la caza de hombres, mujeres y niños para destruirlos. Ella misma estaba haciendo lo que quería evitar que ocurriera con la humanidad. De aquí que los astrólogos de los siglos XIX y XX la veían como el símbolo de la destrucción y la tragedia humana.

Lilith no es un planeta, es un foco de energía generado por la órbita de la Tierra. Hasta 1980, en cualquier parte del nuestro horóscopo donde estuviese, se le interpretaba como una fuerza lista para destruir tanto al hombre como a la mujer.

Por ejemplo, en la casa 1 denotaba una conducta autodestructiva o de desubicación de la realidad. En la 2, anulaba las posibilidades de que tengamos una buena economía y bienes. En la casa 3, no permitía la claridad mental; se decía que la gente tenía pensamientos libidinosos y no permitía que nacieran más hermanos. Hoy en día, Eros explica mejor en esa casa los pensamientos y palabras eróticas y libidinosas. En la casa 4, reinaba la infelicidad de esa persona en su hogar y su país de origen. En la 5, provocaba  la esterilidad o hijos con enfermedades físicas o psicológicas. El astrólogo se atrevía a recomendar que la persona con esa posición (o cuya pareja la tuviese) no se embarazase.

En la casa 6, estaban los problemas en el trabajo, la salud y con la servidumbre. En la casa 7, la soltería, el divorcio o el mal matrimonio, así como los juicios con resultados adversos. En la casa 8, eran los problemas tanto para la herencia como para tener una buena economía matrimonial y armonía sexual. En la casa 9, había problemas con los cuñados, consejeros espirituales, ateísmo y dificultades para desenvolverse en el extranjero. En la 10, una relativa incapacidad para ejercer la profesión, tener éxito en los negocios y una buena imagen pública. En la 11, los amigos son traicioneros y los proyectos se frustran; y en la casa 12, había emboscadas, complots y enfermedades con padecimientos  de muy difícil recuperación.

Pero debemos resaltar que entre, 1979 y 1980, las influencias producidas por el cruce de las órbitas de Neptuno y Plutón, que duró veinte años, la humanidad entró en una vía que le ha permitido construir una nueva psicología basada en la aparición de un nuevo pensamiento; luego, en el siglo XXI Lilith ya no representa el dolor, el sufrimiento y la miseria en los horóscopos de los jóvenes que hoy tienen entre 20 y 30 años; ahora simboliza la previsión y la capacidad de anticiparse a los acontecimientos, así como la elevación de la autoestima  y la liberación femenina.

En este punto es preciso destacar la razón por la cual Lilith se separó de Adán: ella tuvo la visión de que las generaciones futuras habrían de ser maltratadas, las mujeres habrían de ser quemadas, y los niños crecerían sin gozar de su infancia. Ella se horrorizó y le dijo a Adán que no le iba a dar una familia. Fue más que un problema de alcoba lo que la llevó a separarse.

Si bien, en un primer momento, Lilith simboliza los aspectos negativos vistos por los astrólogos de los siglos XIX y  XX, señalamos que eso es correcto y seguirá siendo correcto, en tanto persista el machismo en la mente de la humanidad.

Todo hombre que menosprecie a la mujer encontrará un punto de no florecimiento en su horóscopo. ¿En qué casa? en aquella donde se encuentra alojada Lilith.

En la carta de un hombre del Medio Oriente le traerá desgracias, pero en los jóvenes de América, donde la relación hombre-mujer discurre por el cauce de la euritmia, Lilith representa la capacidad creativa y va de la mano con las influencias de Urano en lo que respecta a  revolución, renovación, y visión de futuro.

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