¡Podemos engañar al hombre pero no a los astros!
A lo largo de mis 46 años de práctica cosmobiológica, después de haber estudiado miles de horóscopos de personas de distintas nacionalidades, estatus social, creencias, sexo, edad, etc., por temas muy variados, llegué a la conclusión que la parte de la cosmobiología orientada a producir el éxito no funciona o se pierde rápidamente si alguna vez se alcanzó cuando el consultante no supera la vida desordenada (mentiras, deshonestidad, infidelidad a la pareja, maltrato a personas y animales, etc.).
Como bien saben, trabajo con animales domésticos (fundamentalmente gatos y perros) y la diferencia entre estos y el ser humano es que la absorción de los influjos del cosmos, ya sea para curar a la mascota de una enfermedad o para proteger y beneficiar a su(s) amo(s), es inmediata en las mascotas. Esto se debe a que las influencias de los astros actúan con mayor fuerza sobre el plano instintivo, que es el mundo de los animales.
Claro que existen casos de animalitos que, habiendo ingresado a la casa de sus nuevos amos en un día y hora calculados cosmobiológicamente, mueren al día siguiente o a los pocos días. Mayormente esto obedece a que la mascota “absorbió los fluidos cósmicos negativos que pululan dentro del hogar”, que son los mismos que mantienen sumido en problemas al amo(a) y para los que no encontramos una explicación al analizar la carta astral de los amos de la mascota, hasta que analizamos la fecha de la mudanza de los amos a la casa donde están viviendo, y eso es porque, muchas veces, la casa proyecta fuerzas negativas que arrinconan a las fuerzas positivas de la carta astral del amo y no lo dejan progresar.
Volviendo a mi reflexión inicial y para hacerme entender, permítanme contarles lo que viviera uno de mis consultantes, Percy, quien quería mejorar sus negocios. Le sugerí que viajara para su cumpleaños a una ciudad que calculé siguiendo las reglas de la cosmobiología, y así lo hizo; le di los nombres de los tres ángeles que gobiernan su carta astral para que, tanto él como su esposa, los invoque todos los días. Percy experimentó una pequeña mejoría en menos de seis meses, no en la magnitud que esperábamos, pero era una mejoría, al fin y al cabo. Le dije: “Bueno, ya ingresaste al camino del progreso, ahora todo tiene que ir en ascenso, y con la mudanza de casa que vas a realizar después de cuatro meses te va a ir bien a ti y a tu familia y no vas a necesitar buscarme”.
Cuatro años más tarde, Percy, muy exaltado, me escribió un correo electrónico, pidiendo hablar conmigo con urgencia. Lo recibí y me dijo: “Ayer mientras tomaba una ducha, sonó mi celular y mi esposa contestó, pensando que sería una llamada relacionada con nuestra fábrica. Quien llamaba era una mujer que me reclamaba que yo había dejado de ir a su casa y que mi hijo de casi dos años me extrañaba. Mi esposa no podía creer lo que estaba escuchando, pensó que se estaban burlando de ella y colgó. Ella me interrogó después y no me quedó otra cosa que admitirlo. A lo que agregó: “Por eso nos está yendo mal en la fábrica, tus acciones están salando nuestro negocio, es por eso no tenemos ventas”.
En el curso de nuestra entrevista, le pregunté a Percy si estaba orando a sus ángeles, me dijo que había dejado de hacerlo dos años atrás. Moví mi cabeza de un lado al otro y él entendió que había perdido la protección y había quedado a merced de las fuerzas negativas del Cosmos, que lo “empujaron” a hacer lo que hizo.
Le pregunté a qué hora había nacido el hijo que tuvo fuera del matrimonio y me dijo que fue durante la noche. Rápidamente le respondí, diciéndole que tenía sentido lo que decía su esposa: “… tus acciones están salando nuestro negocio, es por eso no tenemos ventas”. Todo es el resultado del nacimiento nocturno de la criatura y, seguramente que si hubiera nacido de día, también tendría que irte mal, pues cuando te mudaste de casa busqué que recibieras los mejores ángulos de Júpiter, para que no les falte la prosperidad. No hiciste caso, porque pensaste que estaba bromeando cuando te dije que: “Zeus (Júpiter) es un mujeriego, pero que esta condición es un atributo de los dioses, no de los mortales; a ti te correspondía ser virtuoso y fiel a tu esposa”. Finalmente, le dije: “Rompiste toda la cristalería y no hay forma de devolverla a su estado original”. Bueno, le planteé algunas soluciones y espero tener buenas noticias dentro de poco tiempo; confiemos en su conversión.
Veo muchos casos como el de Percy, a los consultantes (hombres y mujeres) que no son honestos, que llevan vidas desordenadas, que parecieran sufrir del síndrome de Ícaro, la cosmobiología no puede ayudarlos (no funciona apropiadamente). Hasta hace cuatro años, no sabía lo importante que era analizar la posición de Ícaro en las cartas astrales. Este asteroide es “el responsable de que subamos (que logremos un gran crecimiento en nuestros negocios) para luego precipitarnos al abismo (que se caigan nuestros negocios). Bueno, estas personas tendrán que hacer un sincero mea culpa.
