ÉXODO DE CUARENTA DÍAS

En uno de mis anteriores artículos mencioné muy a la ligera el “Éxodo de los 40 días”, y por ello, recibí muchos correos electrónicos preguntándome de que se trata este tema, ya que no lo habían escuchado ó leído antes.

Encontré, a lo largo de mis 30 años de praxis, que no solo bastaba ser astrólogo, sino que también se tenía que ser un “fabricante de situaciones” en busca de soluciones. Venían a mi consulta, muchas personas con angustias por resolver; no era suficiente decirles o pre-decirles el futuro de los acontecimientos. Buscar soluciones efectivas, era la meta.

Me aboqué, entonces, en ser más estudioso y minucioso, observando e investigando nuevas situaciones que ayuden en la búsqueda de bienestar y prosperidad para la humanidad.

En el país de donde yo vengo, y quizá en toda Sudamérica sucede lo mismo, muchísima gente compra una casa, se muda a ella y muy difícilmente la cambiarán, es más, vendrán los hijos, ellos construirán en los aires de la casa y así por el estilo.

Mi familia fue la excepción a esta regla y crecí mudándome, y aún continúo haciéndolo. Comencé a registrar los acontecimientos que entraba a vivir, cada vez que me mudaba.

Es cierto, una situación muy diferente se presenta en Miami, aquí la gente por razones varias está en constante movimiento de lugar y por supuesto experimentando con cada mudanza un cambio en su estatus social y económico.

Regresando con aquellos que no pueden mudarse, me preguntaba: ¿cómo hacer para mejorar sus vidas? Locura total. Fue entonces que un día leyendo la biblia, recogí pasaje respecto al número 40. Noé, Moisés, Jesús. Comencé a trabajar con “mis conejillos de indias” para ver si el irse de casa por solo 40 días traería un cambio, y funcionó, ¡funcionó! A esto denominé: Re-mudanza.

Esta experiencia comienza sacando con anticipación, al éxodo de 40 días, todas las cosas, muebles y enseres de una casa y depositándolas en un “storage”.

El transcurso de esos cuarenta días, la oportunidad es muy grande para que la familia se una, o por el contrario, se des-una, según lo que tengamos que “reparar o cambiar”.

Recuerdo una vez, indiqué a una pareja hacer este éxodo. Entre ellos la relación era muy conflictiva, él la mantenía sometida, y ella no tenía valor para terminar la situación.

Viendo que dicha relación no iba para adelante, busqué la fecha de salida en éxodo y el ingreso a casa al cabo de los 40 días. Hicieron lo indicado.

Transcurrieron tres días de volver a casa y ella tomó la firme decisión de cortar esa relación. Gracias al éxodo, ella pudo quitarse la venda de sus ojos y pudo actuar.

Los tickets para regresar a Miami de nuestro reciente viaje, eran por un mes y caería en Luna Llena, con todas las contrariedades que esto nos pudo ocasionar.

Teníamos que hacer algo muy favorable: mirando el calendario, buscamos el día número 40 fuera de nuestro hogar y cambiamos la fecha de retorno. Nos re-mudamos a casa al medio día. Lo asumimos como una purificación, que también es importante para sentirnos mejor en nuestros hogares y vidas.

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