Eros es el hijo de Venus, en la mitología grecorromana. Refinando pasajes de su historia contamos que Venus, incómoda con la belleza de Psique, le ordena a Eros, también conocido como Cupido, que le lance una flecha a Psique para que nadie se enamore de ella.
Como es sabido, Cupido es muy travieso y algunas veces nos hace vivir experiencias que se pueden calificar de equivocadas, ya que inevitablemente nos enamoramos de personas que no nos convienen. Cumpliendo las órdenes de su madre, Eros dispara contra Psique, pero el efecto bumerán hace que él se quede totalmente enamorado de ella.
La historia no termina en que se casaron y vivieron felices, porque Cupido no podía enamorarse de ella ni de nadie, pero los dioses aceptaron esa relación con la condición de que Psique amara a Eros sin poder ver su rostro.
Las hermanas de Psique al verla tan feliz le preguntaron quién era el ser amado, ella les contó que no podía describirlo como era físicamente porque solo la tomaba en la oscuridad de la noche. Tanto insistieron las hermanas en que ella debía conocer su rostro que la doncella aceptó prender una vela a escondidas durante una de esas noches de amor y lograría verlo.
Grande fue la sorpresa de Psique cuando la luz de la vela le reveló un monstruo yaciendo junto a ella. Indignado porque ella desobedeció a los dioses, Eros la abandona. Ella vivió llorando y lamentando ese hecho cada día.
Eso puede llevarnos a pensar que no es fácil encontrar el amor, y que si lo encontramos, no vamos a saber cuidarlo. Pero aquí quiero resaltar que Eros no es solamente el símbolo del amor, sino del deseo y el apetito sexual.
Eros juega un papel muy importante en nuestras vidas. He visto tantos esquemas con este asteroide y es increíble cómo un Eros mal ubicado en el momento del nacimiento puede atraer a gente con tendencias al sexo desenfrenado o la violación. Eros es el “causante” de que antepongamos la pasión sexual a los sentimientos.
Aun seguimos escuchando a astrólogos: “Uno nace con una carta astral definida y es muy difícil cambiarla”. Difícil: sí, imposible: no. … Esto nos lleva a decir entonces que: Muchas veces aceptamos a una pareja pensando que algún día cambiará y será como uno quiere. Lamentablemente, no es así a menos que él(ella) vigile atentamente la rueda del destino, de su destino.
Si alguien te dijera: Si tu pareja hubiera nacido cuatro minutos más tarde no tendría un Eros que lo hace sexualmente hiperactivo o, si no hubiera nacido con la cuadratura Saturno-Eros, no sufriría de impotencia. ¿Qué haría usted? Lo maravilloso de la Cosmobiología es que siempre podemos encontrar una solución al problema para que no se cumpla el destino de las carencias o limitaciones con que nacimos.Todo está en ti, el cambio está en todos.