DIOSAS Y GUERRERAS NÓRDICAS

La mitología nórdica era una colección de creencias e historias compartidas por pueblos germanos septentrionales. No era una religión revelada, pues no había una verdad entregada por los divinos a los mortales y no tenía un libro sagrado. Esta mitología era transmitida oralmente en forma de una larga y regular poesía. Dicha transmisión continuó durante la era vikinga, y nuestro conocimiento sobre ella está basado principalmente en las eddas y otros textos medievales escritos durante o después de la cristianización. 

En el folclore escandinavo, estas creencias duraron mucho tiempo y en algunas áreas rurales algunas tradiciones han sido mantenidas hasta hoy, otras han sido recientemente revividas o reinventadas como el neopaganismo germano. La mitología también ha permanecido como inspiración en la literatura así como en producciones escénicas o películas. 

En todas ellas coexistieron mujeres, sea como diosas o como guerreras de destacadas habilidades y poderes que compartían en igualdad de condiciones con los varones, las aventuras y batallas que debieron sostener en su lucha por la sobrevivencia y control de su espacio. 

Los relatos nórdicos hablan de mujeres guerreras de extraordinaria fiereza, las cuales oficiaban en los santuarios forestales en arboledas sagradas, conjugando sus poderes místicos con su sabiduría intuitiva, elaborando la estrategia de guerra y acompañando siempre a los ejércitos, conduciendo a los guerreros a la victoria desde la primera línea de batalla, enfrentando al enemigo cuerpo a cuerpo. 

Las Sagas Vikingas, igualmente están llenas de fantásticos relatos que nos narran con devoto detalle las extraordinarias hazañas de sus vírgenes guerreras que luchaban con tanta energía contra los atacantes que llegaban a recibir el elogio de ser consideradas como un guerrero más, entre los hombres de su clan. No era de extrañar que estas mujeres fueran muy temidas. Incluso se les llegara a ofrecer, como si de deidades se trataran, sacrificios para que ellas les propiciaran una buena batalla. 

Con la expansión del cristianismo, se dio por sentado que tales relatos no eran más que una leyenda, pero arqueólogos alemanes descubrieron tumbas de este periodo en los que se han encontrado enterrados juntos hombres y mujeres en atuendos de batallas, con claras huellas de batalla, respaldando así la historicidad de estas heroínas. 

En todas estas historias ha de destacar la actitud de las mujeres guerreras, que no se doblegaban a ningún concepto de superioridad masculina o abuso de su parte, luchando contra ellos, cuerpo a cuerpo con heroicidad que constituían un modelo e inspiración para sus compañeros de lucha. Ellas disfrutaban de luchar con el pecho descubierto para que quedase claro a sus enemigos que estaban siendo enfrentamientos por mujeres que no les temían ni se sometían. 

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