DE MR. PÉSIMO A MR. OPTIMISMO

Años atrás me encontré con un amigo a quien no veía hacía mucho tiempo y le pregunté por un amigo en común, y él me respondió: “¿Quién, Mr. Pésimo?”. Confieso que me quedé algo desubicado y le repliqué: “Me refiero a José, con quien íbamos a comer pan con plátano frito a la salida del colegio”, y él volvió a decirme: “Sí, a él le decimos Mr. Pésimo, porque nuestro amigo se ha vuelto tan negativo y pesimista, que le hemos puesto esa “chapa” [alias o sobrenombre despectivo]”.

Tras lo que dijo mi “viejo amigo”, comencé a hacer memoria de esos años de colegio y no podía creer que nuestro amigo José, nuestro líder, alguien que admirábamos, que era el primero en levantar la mano para responder a la pregunta del profesor, que sabía que es lo que quería ser cuando fuera grande… un compañero de colegio que, cuando su nombre venía a mi mente, me decía que seguramente debía vivir en el exterior, trabajando en una excelente empresa o tal vez manejando su propia empresa con mucho éxito. Por lo tanto, mi cabeza no podía aceptar lo que dijo mi amigo: “¿Quién, Mr. Pésimo?”. “Sí, a él le decimos Mr. Pésimo, porque… se ha vuelto tan negativo y pesimista”.

Decidido a ubicar a José, lo llamé por teléfono para concertar una reunión. “Hola, soy Rubén, un amigo de José. Estudiamos en el mismo colegio. ¿Podría comunicarme con él, por favor?”.  Y una voz ronca y toda melancólica me respondió: “¿Quién dice qué quiere hablar con José?”. E inmediatamente repliqué: ¿Hablo con José? “Sí, habla José” –me contestó –. Intercambiamos unas cuantas palabras y bromas, y lo invité a reunirnos en una sauna para conversar de los viejos tiempos. (Una conversación en una sauna es ideal cuando quieres conversar con alguien y no quieres que esconda nada, si quieres que la conversación se realice sin tapujos, al desnudo).

Conversando con José, recordé que a los 23 años de edad se había graduado con honores como ingeniero de sistemas. Luego de ocho años de trabajar para empresas importantes, abrió su propia empresa y continuó escalando en su profesión, la misma que le permitía “vivir bien” y viajar por motivos profesionales, de negocios y por placer. En pocas palabras, era un profesional de éxito. En uno de sus viajes, a los 32 años conoció a una extranjera, con quien se casó después de un corto noviazgo y, tres años después, tuvo su primer  hijo, que nació por la tarde. Su segundo hijo nació tres años después, también por la tarde; y el tercero y último de sus hijos nació por la noche. Y cuando este último hijo apenas llegaba al año de nacido, José fue denunciado por encubrimiento y estafa. Y, tras cuatros años de idas y venidas por el Palacio de Justicia, para tratar de demostrar su inocencia fue encontrado culpable y sentenciado a 8 años de prisión, sentencia que apeló y, dos años más tarde, cuando José tenía ya 48 años, aun cuando el Tribunal Superior de Justicia le redujo su condena a dos años y gritó su inocencia a voz en cuello, no le quedó otra opción que ir a la cárcel.

Libre a sus 50 años (año 2000), con un hogar desecho, y el peso del nacimiento nocturno de su hijo, que no le ayudaba prácticamente en nada a rehacer su vida y sin obtener un trabajo estable… Todo lo veía negro, se lamentaba de su mala suerte, maldecía aquel viaje que hizo a Venezuela, donde conoció a quien llegó a ser su esposa.

Tras analizar el horóscopo de nacimiento de su esposa, encontré que ella había nacido en el momento en que Saturno y Neptuno se ubicaron en la casa 8, lo que explicaba claramente que, llegado el momento, el esposo de esta mujer habría de padecer engaños y complots y, por acciones equivocadas, habría de caer en la ruina económica. Pero algo o alguien habría de operar como detonante: las horas de nacimiento de sus hijos.

Como hemos escrito en otros boletines, cuando Saturno aparece en la casa 8 del horóscopo de una persona, las limitaciones económicas y hasta la quiebra hacen presa del cónyuge de esta persona, a menos que se dedique a cualquiera de las siguientes actividades que lo haría muy exitoso: medicina, agricultura, construcción o administración.  Neptuno es el símbolo del engaño, la estafa y la prisión; y la casa 8; de la economía del cónyuge (desde el momento en que ambas personas se convierten en una pareja).

¿Y los hijos? Las horas de sus nacimientos desde la tarde hasta la noche, lejos de ayudar al progreso de José, generaron su ruina. El tercer hijo nació de noche y en el momento en que Saturno y el Sol formaban una oposición, una relación cósmica que solo produce derrotas para el padre.

Solo encuentro una forma de ayudarte, le dije a José: “Adopta a un gatito o perrito”. “Te conté que ahora vivo en casa de mi madre y ella es alérgica al pelo de los animales, por lo tanto, no puedo hacer lo que me dices”, me respondió. “Pero inténtalo, te busco el día y la hora para que ingrese la mascota y de seguro que no va a causar incomodidad alguna a tu mamá”, le dije. “Inténtalo al menos por tres meses”. Él aceptó mi desafío e hizo ingresar un gatito a su casa minutos antes del mediodía del 29 de enero de 2009, en el preciso momento en que el Sol, Júpiter, Mercurio y Marte se ubicaron en la casa 10 del horóscopo del ingreso de la mascota, para que él tenga asegurado el éxito profesional y una vida llena de felicidad.

El hizo todo lo que le indiqué. Me llamó 45 días después y su voz era diferente, sonaba alegre y optimista. Me dijo que había sido contratado por una empresa inmobiliaria, no para vender casas sino para reorganizar el departamento de sistemas. Estaba muy feliz. Inmediatamente le dije, “Permíteme te busque el día y la hora para que comiences a trabajar en dicha empresa”. “Muy bien”, me respondió, “ya le dije al gerente de la inmobiliaria que buscaría la fecha de mi primer día de trabajo y él aceptó”.

Resumiré la historia de José señalando que, siete años más tarde, en 2016, Mr. Optimismo dejó atrás a Mr. Pésimo. Ahora vive en una casa propia y ha formado pareja con una dama que, en contraste con su primera pareja, nació con la conjunción Sol-Júpiter en la casa 8; es decir, la dama nació con la consigna de ser un talismán de buena suerte para su pareja (José).

Todo esto se logró gracias a Rich, el primer gato de José, y a Winner, el segundo gato, al que adoptó el 27 de junio de 2013, en el momento en que un triángulo (que simboliza una influencia afortunada) formado por la Luna–Neptuno, Saturno y Sol–Júpiter descargaba sus buenos influjos para que Mr. Optimismo materialice los triunfos que le había planteado Rich.

¿Moraleja? Tan importante como conocer nuestra carta astral es conocer la carta astral de quien va a ser nuestra pareja y programar cada elemento de los tres que componen el Factor 3M del Éxito: Maternidad, Mudanza y Mascota.

 

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