Siempre fui una persona escéptica sobre la astrología. Pensaba que eso de los planetas y las energías no influía realmente en la vida diaria. Pero todo cambió cuando abrí mi negocio en una Luna Llena, sin saber que estaba eligiendo uno de los peores momentos para hacerlo.
El Inicio de una Pesadilla Empresarial
Lleno de ilusión, decidí inaugurar mi cafetería en la noche de una hermosa Luna Llena. Me pareció un detalle simbólico y poderoso, una señal de plenitud y éxito. Sin embargo, en cuestión de semanas, las cosas empezaron a desmoronarse. Los clientes no llegaban, los gastos se disparaban y, como si fuera poco, el ambiente del lugar se sentía extraño, como si algo bloquease su prosperidad.
Investigué un poco y descubrí que la Luna Llena no es un buen momento para iniciar proyectos. En la astrología, representa el cierre de ciclos, no el comienzo. Es un periodo de culminación y de máxima energía emocional, lo que puede llevar a decisiones impulsivas y situaciones fuera de control. Y eso exactamente fue lo que experimenté.
El Giro del Destino: Una Mascota, Una Nueva Energía
Desesperado por la situación, decidí buscar ayuda y consulté con el astrólogo Rubén Jungbluth. Me explicó que el momento en el que abrí el negocio no fue el adecuado y que la energía del lugar necesitaba un cambio. Su recomendación me sorprendió: adoptar una mascota. Según él, la llegada de un animal a nuestras vidas marca un nuevo ciclo y puede traer una transformación energética positiva.
Poco después, encontré a un perrito abandonado cerca de la cafetería. Recordando el consejo de Rubén, decidí adoptarlo y lo llevé conmigo al negocio. Lo llamé Astro, como un guiño irónico a la astrología que parecía haberme jugado una mala pasada.
Desde su llegada, todo empezó a cambiar. La energía del lugar se transformó. Los clientes comenzaron a entrar, atraídos por la historia del rescate. Astro se convirtió en la estrella del café, y con su alegría contagiosa, trajo consigo un ambiente más acogedor y positivo.
Más tarde, entendí que la adopción de Astro no fue coincidencia. En la cosmobiología, la llegada de una mascota marca un nuevo ciclo en la vida del dueño, y puede traer consigo cambios energéticos significativos. La adopción de Astro, según mi carta astral y el análisis de Rubén, coincidió con un tránsito favorable que ayudó a equilibrar la mala elección inicial de abrir en Luna Llena.
Lección Aprendida
Hoy, mi cafetería sigue en pie y prosperando. Aprendí que los tiempos astrológicos pueden influir en nuestras decisiones más de lo que imaginamos. Y también descubrí que, a veces, los astros pueden enmendar un error si nos abrimos a nuevas oportunidades.
Así que, si vas a lanzar un negocio, consulta antes el calendario astrológico. Y si las cosas no salen como esperas, quién sabe, tal vez un perrito (o cualquier otro giro inesperado del destino) pueda ser la clave para darle la vuelta a todo.