Son días duros los que estamos viviendo como humanidad. Imagino que después que superemos esta pandemia, vamos a querer abrazarnos y mostrar lo mucho que nos importamos uno con otro, para que esto suceda tenemos que ser solidarios, respetuosos y, sobre todo, no quedarnos estancados en el miedo de aprender a vivir de manera diferente. Mientras nuestro aislamiento continúa, podríamos darnos un tiempito y reflexionar acerca de la siguiente pregunta: ¿Hay alguien a quien deberíamos de decir “lo siento”?
¿Y si realmente somos los responsables?
“Somos lo que comemos” ¿Alguna vez has escuchado esta frase? Seguramente que sí y en varias oportunidades. El ser humano se ha idealizado como superior ante el resto de las especies que habitan en nuestro planeta. ¿Será que somos capaces de establecer los lineamientos de “cómo vivir” bien? Pues la verdad no, y aunque suene hilarante, gran parte de los problemas mundiales han sido ocasionados por el hombre.
Por ejemplo, ¿sabías que las más grandes pandemias fueron originadas por el consumo de carne de origen animal?, sin embargo, esta práctica es una costumbre que está profundamente enraizada en la vida de la especie humana. Por sólo mencionar unos casos, podemos nombrar a la gripe española, la gripe asiática o el zika; algunas de ellas, enfermedades que fueron causadas por ingerir aves silvestres. Y, si tenemos estos antecedentes ¿por qué se sigue comiendo carne de seres que alguna vez estuvieron vivos como nosotros?
La evolución del hombre en tiempos de pandemia
Probablemente, el Covid-19 no sea la enfermedad que más muertes vaya a causar, pero si será la más recordada por las futuras generaciones, sobre todo, porque en nuestros tiempos de digitalización, hemos sido capaces de documentar en imágenes la crisis que esto ha ocasionado en todo el mundo.
¿Qué enseñanzas nos deja el coronavirus?
Somos frágiles
Esta enfermedad ha bajado al hombre del estandarte de invulnerabilidad en el que nos encontrábamos, haciéndonos reconsiderar que hasta “los más fuertes” pueden morir sin armas y sin guerras; y que solo es necesario un ser microscópico e invisible que rodea nuestras vidas haciéndonos recordar que en cualquier momento dejaremos la vida terrenal.
Somos dependientes
Los seres humanos entendimos que no somos autosuficientes y que, por más dinero que tengamos en las cuentas bancarias, siempre necesitaremos de otros para sobrevivir. Sin embargo, para que esto sea posible deberá primar el respeto entre los humanos y el resto de seres que están en la Tierra. Esto incluye a animales y naturaleza que, durante estos días, han ocupado libremente el cielo, las calles y los océanos vacíos de la presencia del hombre y su egoísmo, demostrándose que ellos pueden ser felices sin hacer daño a otros. ¿Por qué no hacer lo mismo?
Sí. Somos lo que comemos
Entendamos de una vez por todas que nuestro cuerpo es un sistema que necesita de insumos sanos para nutrirse, ¿es que realmente es más grande el placer de una “comida sabrosa y sibaritizada” de unos cuantos minutos a la preocupación por una enfermedad que nos puede durar la vida entera? Considero que no, desde mi óptica, como vegetariano por más de 50 años.
Es tiempo de empezar a valorarnos como sociedad, pues a partir del respeto por la Existencia, no solo nuestra, sino de la de todos con los que convivimos en el planeta, podremos elevar a la humanidad a un nuevo nivel. Te invito a ser parte de ella, accionando de manera responsable y empática la relación: Hombre y Naturaleza.