Como deshojando margaritas: ¿la quiero, no la quiero?

Varios libros de astrología occidental indican que Virgo (signo al que pertenece mi esposa) y Sagitario (signo al que pertenezco) no son del todo compatibles. Podemos esperar una situación semejante cuando leemos el horóscopo chino, según el cual, mi esposa corresponde al signo de la Serpiente; y yo, al del Conejo. La sentencia oriental dice: “Conejo, si una Serpiente aparece en tu camino, corre”.

¿Por qué en nuestro caso y el de muchas otras parejas no funciona lo que dice la astrología, sea esta occidental u oriental? Porque las relaciones no se circunscriben únicamente a lo que indican los signos zodiacales; como mínimo, hay que estudiar en las cartas astrales de la pareja los grados de compatibilidad (niveles de armonía) que muestran Marte y Venus, así como el Sol y la Luna.

Muchos caballeros se enamoran de quien ellos consideran su “media naranja”, pero no son correspondidos, y solemos decir, por ejemplo: “es tan buen muchacho, pero ella lo dejó pasar”. Esto ocurre porque el Marte de ella (que simboliza al tipo de hombre que ella espera) no es compatible con el Marte de él (el tipo de hombre que él representa).

Lo propio decimos para el caso de las damas. Por ejemplo: él se siente atraído por ella a primera vista y hace todo lo que está a su alcance para conquistarla y lo consigue; sin embargo, la rechaza poco tiempo después. ¿Por qué sucede esto? Porque no hay química entre ambos, pero cosmobiológicamente hablando, se debe a que el Venus de él no armoniza con el de ella.

Asimismo, hemos encontrado que, aunque en muchas parejas el Marte de él y el de ella no están en armonía y el Venus de ella y el de él son incompatibles, siguen deseándose y continúan juntos, a pesar de todo. Esto sucede porque el Marte de ella está en armonía con el Venus de él; lo que hace que él se sienta atraído por ella, pero ciertamente se cumple lo que algunos dicen: “que vivir así no es vivir” (se pelean y atacan entre sí, pero no pueden separarse).

Hay matrimonios donde él dice, por ejemplo: “Sigo con ella porque es la madre de mis hijos, ella es una buena madre”, o ella dice: “Sigo con él porque es un buen padre para mis hijos, pero no hacemos vida de alcoba”. Esto suele ocurrir porque, por encima de la incompatibilidad del Marte y Venus de ambos, el Sol y la Luna de ambos están en armonía. El Sol simboliza al padre y la Luna, a la madre.

Existen casos en los que el Marte y Venus de ambos están muy bien colocados (son compatibles), se aman y son muy felices, pero poco tiempo después de la boda, ¡ya no se aman ni se quieren! ¿Por qué sucede esto? Porque en la zona del matrimonio (casa 7) del horóscopo natal de uno de ellos, o de ambos, no hay buenas indicaciones para una vida matrimonial armónica.

La casa 5 del horóscopo (la vida de enamorados) puede tener buenos auspicios cósmicos, por eso es que él y ella, se aman, pero no saben vivir como esposos porque la casa 7 de uno de ellos o de los dos “no anda bien”. ¿Qué hacer en este caso, porque la pareja ya contrajo matrimonio y lo hizo en un día y una hora que solo contribuye a la ruptura matrimonial? La respuesta la tiene el cosmobiólogo; y me expreso así, porque el remedio que deberá aplicarse será el resultado del análisis de cuatro cartas astrales: la de él, la de ella, la de la fusión de ambos y la del matrimonio.

El análisis de estas cuatro cartas astrales nos permitiría extraer como conclusión que la causa del amor tormentoso que vive la pareja, que los lleva a atacarse el uno al otro pero no les permite  vivir separados, es el resultado del llamado tránsito de Plutón por la casa 7, una influencia que puede durar de cuatro a diez años, e incluso más…

Para la astrología y cosmobiología, los influjos de los planetas y asteroides son los “responsables” de que nos vaya bien o mal en las relaciones de pareja, al igual que en cualquier otra transacción o actividad; por lo tanto, si conociéramos los movimientos orbitales de estos cuerpos celestes y las relaciones angulares entre los mismos sabríamos cómo “actuar” en cada caso.

Un día mi esposa me dijo: “¿Qué habrá pasado con esta amiga? Éramos muy cercanas”. Yo le contesté: “Las amistades son como los planetas, un tiempo están cerca de la Tierra y, en otro tiempo, se alejan” Lo propio sucede con el amor, un tiempo quieres más a tu pareja y, en otro tiempo, quieres desaparecerlo(a). Necesitamos conocer estos periodos, buenos y malos, para llevarnos bien con nuestra pareja y que florezca el amor.

Busquemos, entonces, un buen día para la boda, para abrir una cuenta de banco, mudarse, alumbrar a nuestros hijos, inaugurar el restaurante, etc. y nos evitaremos problemas y dolores de cabeza.

Cierro estas reflexiones contándoles rápidamente que, en una ocasión, una hermosa española, soltera y con 38 años, vivía angustiada porque, según ella, “no había nadie que la mirara” cuando, en realidad, ella les ponía “peros” a todos los varones que se le acercaban. Al analizar su mapa astral, encontré que su eclipse de Sol natal bloqueaba a su Venus (con una conjunción), y le dije: “Tu eclipse no deja que te enamores, pero tu Marte está descargando sus influencias en Río de Janeiro. Toma contacto con esta ciudad y encontrarás a tu hombre ideal”… Un día conoció a un francés en Río, se enamoraron y se casaron…. 

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