Pocos días atrás, recibí un correo de la esposa de un consultante, justamente con el título que hemos elegido para el presente artículo. Preocupado, le pedí que tuviéramos una reunión para saber por qué nada de lo que les había pronosticado y recomendado estaba funcionando.
Les sugerí una mudanza de casa, pero la desecharon porque vivían en casa propia y porque, justificadamente, me indicaron que tendrían que hacer gastos que no podrían sostener; por lo tanto, les sugerí una segunda opción, que a mi juicio ayudaría a este esposo a salir del atolladero económico en el que se encontraba.
Dos años atrás, vino a mi consulta esta pareja de esposos queriendo mejorar su situación económica. El esposo se encontraba sin trabajo y prácticamente sus ahorros ya estaban tocando fondo.
Les sugerí adoptar dos mascotas en dos diferentes fechas. El propósito: encaminar más rápidamente a estos esposos hacia su prosperidad. Ah, ellos habían resuelto tener sus hijos algunos años más adelante.
Pocas semanas después de la adopción de la primera mascota, el esposo consiguió un contrato de trabajo, aunque era por unos meses era un buen contrato. Muy entusiasmados, esperan la llegada del tiempo para adoptar a la segunda mascota. Llegado el día, ingresaron a su casa dos canarios, y como casi siempre sucede con las adopciones de este tipo de animalitos, ellos adoptaron dos. Llevaron dos hembras.
Una mañana, pocos días de la adopción de las aves, la esposa se percata que había 3 crías en la jaula, una de las canarias que habían adquirido llegó a la casa preñada. Estas crías nacieron en la madrugada, antes de la salida del Sol, lo recuerda muy claramente la esposa (que siempre se levanta a las 4 y 30 de la mañana). Hasta ese momento, todo era gran novedad y felicidad, pero al poco tiempo, cuando se debió producir la renovación del contrato de trabajo del esposo, simplemente, no sucedió.
Casualidad o es que realmente una mascota cambia el rumbo, o para contemporizar con mi lector diré, una mascota puede cambiar el rumbo del camino que debemos andar.
4 años atrás, me visitó un caballero. En ese momento, él se encontraba en un juicio con su exsocio. Él venía ganando el juicio y su consulta hacia mí fue: qué debería de hacer para asegurar totalmente la victoria del juicio. Le propuse que viajara para su cumpleaños, que estaba a un a 5 meses de dicho acontecimiento.
Faltando una semana para su cumpleaños, un accidente en casa le impide viajar y, cuatro meses más tarde, el juicio hace un giro inesperado. Increíblemente, la sentencia sale en su contra.
Analicé por qué tuvo el accidente y sobre todo por qué el revés inesperado en el juicio, algo que no vi inicialmente en su carta astral. Mi respuesta fue: el nacimiento de unos cachorros de noche, en su casa, una semana antes del accidente del caballero.
El nacimiento nocturno de un hijo casi siempre perjudica al padre, que extrapolado al nacimiento de una mascota, nos permite decir: si una mascota nace de noche en casa de su amo, o habiendo nacido en otro hogar, ingresa de noche al hogar donde va a vivir, perjudicará a su amo. Y, vaya como perjudicó a mi consultante, pero no solo porque los cachorros nacieron de noche, si no, también, porque, en el momento del nacimiento de estos perritos, Júpiter (símbolo de los juicios) no mantenía un buen ángulo con el Sol (símbolo del amo).
La idea de narrar estas dos historias no es asustar a nuestros lectores, es prevenirlos. Es lindo llevar un animalito a casa, pero, como en todo, tenemos necesidad de saber cuándo hacer las cosas, en este caso, saber cuándo ingresar una mascota a nuestra casa u hogar. Esta recomendación es el resultado de 16 años continuos de investigaciones acerca de cómo se modifica el destino de una persona, de una familia a partir de la adopción de una mascota.
Cuando recibo el correo de una persona que tuvo una consulta conmigo, especialmente de aquella persona, que de una u otra forma se identifica con el título de este artículo, lo primero que le pregunto es: ¿Qué de nuevo hiciste desde la ultima vez que nos vimos? Así de frágil es el equilibrio de la prosperidad, y se vuelve más frágil si tratamos de sacarle la vuelta al destino sin sujetarnos al versículo 1ero del capítulo 3ero del Eclesiastés.
Seguimos en contacto.