A JULIO GUZMÁN QUISIERON SACARLO PERO NO PUDIERON; JÚPITER LO IMPIDIÓ Y LO ESTÁ LLEVANDO A LA VICTORIA

No solo Julio Guzmán, sino todos los peruanos que están apoyando su candidatura a la presidencia del Perú, deben estar viviendo unos días de gran preocupación, susto, angustia y hasta rabia, por el rechazo de su postulación provocado por el máximo organismo electoral, como por las 11 impugnaciones de representantes de organizaciones políticas que buscan detener su candidatura. El rechazo lo superó por la marcha hacia atrás (reconsideración) del Jurado Electoral que está permitiéndole a Guzmán seguir adelante, y las once impugnaciones (que pareciera estar anunciando la llegada de la era de la “futbolización en la política peruana”: ejemplo, contratación de un extranjero experto en economía para mantener en alza la economía del Perú) seguro que las superará en breve para poder seguir adelante y convertirse en el próximo presidente, si logra vencer a la candidata Keiko Fujimori (n. 25 de mayo de 1975, 2:41 p.m., Lima); pensamos lo hará por el beneficio que está recibiendo de los influjos de Júpiter.

Ahora bien, él está confiando en el apoyo de los jóvenes del Perú. ¿Recibirá dicho apoyo? Pienso que sí, siempre y cuando se dirija a los votantes para decirles: “Pondremos en marcha una Nueva República en el Perú, la II República del Perú, donde los presidentes dirigirán los destinos del Perú durante cuatro años, y ya no durante cinco, con derecho a una reelección inmediata, y nunca más volverán a ser Presidentes (como sucede en Estados Unidos)”.

¿Por qué la puesta en marcha de una Nueva República en el Perú definiría la victoria presidencial? La respuesta la hallamos en la conjunción Urano–Neptuno, que se presenta aproximadamente cada 175 años y crea la atmosfera para la construcción de una nueva sociedad, una nueva cultura y una nueva forma de gobierno. Esta conjunción se presentó en los primeros años del siglo 19, cuando se independizaron los países de América del Sur, el Perú entre ellos, en 1821. En la última década del siglo 20, la conjunción Urano–Neptuno hace su aparición nuevamente y los nacidos en esta década, que ahora tienen más de 18 años de edad “sienten voces del cosmos” que los impele o empuja a construir nuevas sociedades en sus países, en sus continentes, en el mundo.

En el Perú, los nacidos entre 1990 y1997, con edades que fluctúan entre 19 y 26 (“los pulpines”), a los que se suman los que nacieron a fines de la década del 80 (años que vieron la caída del Muro de Berlín, antesala de la debacle del régimen socialista en Rusia, a principios de la década de los 90), sienten que ha llegado el momento de poner en marcha una Nueva República en el Perú, la II República; por lo tanto, el candidato que se sintonice con este “influjo cósmico” que envuelve a “esta juventud” gana la presidencia… Y, a nuestro entender, Julio Guzmán lo está haciendo a través de su discurso: “No al regreso de la Dictadura, sí a la construcción del Futuro”. ¡Ah!, muchos de los nacidos en la década del 90 viven confundidos, no sabiendo por dónde ir, qué hacer, y lo sabían antes de encarnar, pero perdieron la memoria al hacerlo. Es entonces cuando aparece un líder (joven y con un rostro nuevo en la política) y les “habla del futuro”, los sacude y los encauza hacia el rumbo de su prédica, máxime cuando les dice que es “un futuro sin contacto con el pasado”, “un futuro dirigido por los jóvenes, los más meritocráticos”, “un futuro sin los políticos tradicionales, sin las formas de gobierno que imperan hasta el presente”, etc.

Pero, volvamos a Julio Guzmán, un leonino (nacido el 31 de julio de 1970, a las 7:40 a.m., Lima), con tres hijas, las dos mayores nacidas en Washington, DC; y la última, en Lima. La primera, nacida las 9:05 p.m. del 26 de diciembre de 2003, dentro del signo de Capricornio; la segunda, nacida a las 5:55 p.m. del 5 de mayo de 2005, dentro del signo del Toro; y, la tercera, nacida a las 9:52 p.m. del 13 de enero de 2015, dentro del signo de Capricornio. Sí, su última hija nació de noche, que dificulta su carrera electoral. (A mi juicio, dichas dificultades no hubieran aparecido si J. Guzman hubiera recibido su cumpleaños 2015 en Atenas, Grecia).

Nuestros lectores saben que dije que “aquellas personas nacidas bajo el signo de Leo tendrán victorias importantes en el campo de la política en el año 2016”. De aquí que algunos pensaron que Alberto Fujimori, el motor de la campaña de su primogénita Keiko (quien tiene el 33% de apoyo de los votantes), saldría victorioso de la elección presidencial 2016 en el Perú; pero, con lo que no contaba el expresidente Fujimori es que un outsider leonino (J.G.) irrumpiera en la competencia electoral y que tuviera hijos nacidos dentro de los signos de Tauro y Capricornio. Confieso que, después de que me enteré que la tercera hija del outsider leonino había nacido el 13 de enero durante la noche, y no el día 7 de enero al mediodía (conforme a los cálculos trazados), dije en una entrevista radial que J. Guzmán no ganaría la presidencia; pero, con la  cabeza más fría, sostengo que me dejé llevar por el sentimiento y no por la razón. Ahora bien, sin pretender defender la teoría de los nacimientos eurítmicos, que, en más de una ocasión, hasta yo mismo he querido defenestrar (“el descubridor queriendo arrinconar a su descubrimiento”), sostengo que dicha teoría funciona. Basta ver al candidato Julio Guzmán, quien sigue en la carrera por la conquista de la presidencia del Perú, y está en camino de ser el próximo presidente, cosmobiologicamente hablando, por las influencias de Júpiter sobre el signo natal de su segunda hija (Tauro) y el de su tercera hija (Capricornio), quien a través de las trabas que produce la hora nocturna de su nacimiento pareciera que tuviera la consigna de darle a su padre “publicidad gratis” (como expresara el candidato P.P. Kuczynski criticando a las autoridades electorales).

Pero uno de los requisitos para una victoria electoral en abril de 2016 en el Perú es que el candidato postule por segunda o más veces, por la ubicación retrógrada de Júpiter (14º30’ de la Virgen) en el día de la elección, 10 de abril. La lectura cosmobiológica es que el candidato debe dar la imagen de un “regreso”, imagen que cumple J. Guzmán cuando el Jurado Electoral lo aparta de la contienda electoral en un primer y segundo momentos y luego lo repone después en un tercer y definitivo momento. Esto son los “juegos del Júpiter retrógrado para recrear en la mente de los electores que J. Guzmán va a un proceso electoral por segunda vez”.  Él sabía que tenía que introducir en el inconsciente colectivo de los peruanos que no es novato en una campaña electoral y que tiene experiencia de gobierno… Júpiter está permitiendo que esto sea así a través de sus tres hijas.

Ciertamente, el candidato Cesar Acuña es del signo del León (n. 11 de agosto de 1952). El 31 de diciembre de 2015 dije: “Él es de Leo, hay que tenerle miedo…” ¿Miedo? Él nació bajo las influencias del eclipse de Sol del 20 de agosto de 1952, que oscureció al Perú, dividiéndolo.  Nuestra lectura es: “Si C. Acuña gana la presidencia del Perú, los peruanos se enfrentarán entre sí”. Felizmente para él y para todo el Perú, los errores de este candidato y su falta de identificación con la teoría de los nacimientos eurítmicos “lo sacaron de la carrera presidencial”.

Las oportunidades de una victoria electoral del signo de Virgo en 2016 (victoria que reciben también Tauro y Capricornio, por el triángulo de armonía que forman con Virgo), en buena medida provienen de la extracción que hace Júpiter a los Peces, arrebatándole a este signo toda posibilidad de éxito. Esto explica porque el candidato Antero Flores Aráoz (pisciano del 28 de febrero de 1942) no tiene más de 1% de apoyo de los votantes. Porcentaje similar sostiene el candidato Nano Guerra García, un taurino del 14 de mayo de 1963. En un programa de televisión, Nano Guerra dijo que el 25 de agosto de 2015, a mediodía, adoptó un perro como mascota. Pienso que esta adopción le permitió a Nano G. ser aceptado por el Partido Solidaridad Nacional para postular a la presidencia, después de que una agrupación política que lo invitara a candidatear a la presidencia lo “desembarcó”; sin embargo, el inicio tardío de su campaña, noviembre de 2015, a diferencia de J. Guzmán con más de un año en carrera electoral, no le ha permitido ser considerado por los votantes como un outsider con oportunidades de éxito, y esta condición no cambia ni con sus protestas (como su encadenamiento en la Plaza de Armas de Lima) para llamar la atención de los votantes.

Hablando de los hijos de los candidatos, la segunda hija de J. Guzmán nació de día (en la tarde), cuando el Sol (símbolo del padre, el jefe, el presidente) se ubicó sobre los 15º de Tauro (el día de la elección, Júpiter se ubicará en posición retrógrada sobre los 14º30’ de Virgo). La influencia de esta hija se mantiene hasta cuando su tercera hija tenga aproximadamente 10 años de edad; por lo tanto, el nacimiento diurno se impone sobre el nocturno, y, en suma, protege al padre (J. Guzmán), permitiéndole seguir en la campaña y hacerlo dueño del Palacio de gobierno por 5 años.  Claro, contemporizando decimos que la fecha de la segunda vuelta electoral decidirá entre Keiko o Julio; “en la segunda vuelta, la ubicación directa (lo nuevo) de Júpiter, que ya no estará retrógrada (lo antiguo), tendrá la respuesta una vez más”, para decir que no importa quién gane la presidencia en 2016, lo que importa es que el próximo presidente del Perú juramente su cargo a la 1 y 30 de la tarde, y no al mediodía porque, si jura al mediodía, el presidente “no colocará” al Perú en los niveles de progreso que tenía hasta antes de 2011 y llevará al Perú cuesta abajo. Julio Guzmán tiene  conocimiento (desde el 28 de junio de 2014) de que debe juramentar a la 1:30 p.m.

La segunda y última hija de Keiko Fujimori nació el 21 de septiembre de 2009, a las 12:41 pm. Es una nativa del signo de Virgo (su Sol de nacimiento se ubica sobre los 28º de la Virgen) con la Luna (símbolo de la madre, la jefa, la presidenta) en Escorpión… Con estas indicaciones, decimos que Júpiter favorece a Keiko F., pero no en la medida en que  la segunda hija de Julio G. favorece a su padre. La segunda hija de Julio Guzmán nació para que su padre sea presidente del Perú, al igual que el niño Federico (acuariano del 8 de febrero de 2005) nació para que su padre Alan García volviera a ser presidente, lo que ocurrió entre 2006 y 2011. Si Federico hubiera recibido su cumpleaños 2016 en Nueva Delhi, India, su padre habría tenido más oportunidad de obtener una victoria presidencial en abril de 2016. Como no ocurrió así, A. García tiene una nueva oportunidad en 2021, con más probabilidades de triunfo.

En abril de 2021, mes de la nueva elección presidencial en el Perú, Júpiter se ubicará en el signo de Acuario, por lo tanto, quien tendrá más oportunidad de ser presidente del Perú será un candidato nacido bajo los signos de Géminis, Libra o Acuario y, sobre todo, si participa en la competencia electoral con un hijo pequeñito nacido en Acuario, Géminis o Libra.  

El hijo de un candidato nacido en un buen momento cósmico, en el tiempo de su campaña electoral, favorece su victoria. Recuerdo al expresidente Leonel Fernández de la República Dominicana quien, en mayo de 2004 (cuando Júpiter se ubicó en el signo de Virgo), ganó en primera vuelta al expresidente Hipólito Mejía, después de nacer su hija Yolanda América Fernández en septiembre de 2003 (dentro del signo de Virgo).

Las vibraciones positivas de Júpiter y Saturno dan la victoria en una competencia electoral, en tanto que las negativas lo impiden”. ¿Existen excepciones? Sí, la candidatura de D. Trump. Conversaremos acerca de esto más adelante, por ahora, los invito a ver el mini video acerca de lo que dijera en julio de 2014 sobre el outsider leonino, (obviamente, J.G.) que ganaría la presidencia del Perú en 2016 si le naciera un hijo(a) dentro de los signos, Virgo, Capricornio o Tauro durante el curso de la campaña electoral o cerca de esta. ¿Por qué? Por las influencias de Júpiter que, en el primer semestre de 2016, les concede triunfos a estos tres signos. (CLIC AQUÍ PARA VER EL VIDEO).    

Milán, Italia, 1ero de marzo, 2016

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