Hace unos dos años, se anunció con grandes luces, bombos y platillos la apertura de la sucursal de Miraflores, Lima, de una cadena de supermercados muy importante en todo el Perú.
Yo estaba particularmente interesado en conocer el día y la hora de dicha apertura (opening) para saber cuál sería el destino de dicho negocio, cómo respondería el público con el tiempo y cómo evolucionarían las ventas, basándome en el horóscopo que acostumbramos a hacer los que nos dedicamos a la astrología y cosmobiología.
Una mañana en que caminaba por la calle de dicho supermercado, me di con la sorpresa que lo habían inaugurado. Tras la pregunta por la fecha de la apertura, haciendo un rápido cálculo mental me dije: ¡Wow, abrieron en Luna Llena! ¡Tanto esfuerzo e inversión para terminar inaugurando en Luna Llena, que no va a permitir el florecimiento de dicho negocio. Qué pena!
Tengo que ser sincero, ya que de inmediato me dije: “Estos supermercados son tan famosos que prácticamente no necesitan propaganda y seguramente que la Luna Llena no le va afectar a esta sucursal”.
Pero, me equivoqué, porque hoy (dos años después) este famoso supermercado no rinde los frutos esperados, no atrae las ganancias requeridas, la asistencia del público es baja, aun cuando se han visto “obligados a reajustar los precios de venta al público”, en comparación con un supermercado vecino que también pertenece a la misma cadena de supermercados que lleva otro nombre pero atrae muy buena cantidad de público 24 horas al día.
Confirmé una vez más que los influjos de la Luna Llena se impusieron sobre aquella empresa que inauguró el famoso supermercado, sino que lo diga la conductora del espacio “Sin Peros en la Lengua” (programa televisivo peruano de corte político) que se inauguró el 16 de marzo de 2014 en un día de Luna Llena y que en septiembre de 2015 dejó de emitirse de manera poco prestigiosa para su conductora. “Todo negocio o actividad que trata directamente con público que se inaugura en un día de Luna Llena vive amenazado con el cierre en sus cuatro primeros años, y, si los supera vive con una baja demanda o afluencia de consumidores”.
En una oportunidad escribí un artículo que titulé “Pasos para un Negocio Exitoso”, que siguen vigentes; leamos:
1.– Nacimiento del negocio. Buscar el día y la hora apropiados para el nacimiento de la nueva empresa: firma de la constitución de la empresa. Si la empresa existe, es decir, si se está adquiriendo un negocio que ya existe, el análisis nos dirá si debemos modificarla introduciendo nuevos socios en un día y una hora determinados por el cálculo cosmobiológico. Si no es conveniente introducir nuevos socios, por lo menos debemos elegir al gerente general y -por qué no también- al presidente de la empresa atendiendo al Factor 3M del Éxito (teoría desarrollada por el suscrito para alcanzar la excelencia en los negocios), que nos indica que la hora de nacimiento del líder y las de sus hijos, sobre todo del último vástago, juega un rol importante en el éxito o no del negocio.
2.- Cuenta bancaria. Las cuentas bancarias deben abrirse en un momento oportuno. No todos los días son óptimos. Si una apertura bancaria se realiza en una fecha “mal aspectada” o en un día bien aspectado pero en el momento que Mercurio está realizando su marcha retrógrada (lo que sucede cada tres meses por 22 días en promedio) dicha cuenta no captará los ingresos monetarios deseados.
3.- Orientación de la puerta del negocio. Los negocios más prósperos tienen sus puertas mirando al Oeste y al Norte. Los clientes ingresan a dichos negocios caminando hacia al Este (que es por donde sale el Sol), o caminando hacia el Sur (el Sol en su plenitud). Asociamos a las energías del Sol, a la Luz del Sol, con el poder que seduce al comprador y lo hace regresar siempre.
4.- Número de la puerta del negocio. Puede ser poco creíble, pero todo número de la puerta de un negocio (que no haya sido inaugurado siguiendo reglas de la cosmobiología) que termine en un dígito inferior a los anteriores no reportará ganancias.
5.- Socios. ¿Conviene que tenga socios? Muchas personas nacen con una configuración astral tal que no les conviene tener socios, pero los tienen, siendo esta una de la causas por las que sus negocios se vuelven una pesadilla, porque no arrojan ganancias: por lo tanto, es importante analizar los temas astrales del consultante y los de sus socios. Las personas nacidas entre las 2 y las 4 de la tarde, por ejemplo, son buenos trabajadores, porque atraen ganancias para la sociedad.
6.- Firma del contrato de alquiler del local comercial. Es importante buscar el momento más apropiado para firmar el contrato de alquiler del local. Imagínese lo que pasaría si un contrato se firma en un día de Luna Llena: la permanencia en el local será difícil y puede llegar hasta el incumplimiento en el pago de la renta. Si la firma tiene lugar en un día de Luna Menguante: los compromisos con el locador serán difíciles pero cumpliríamos con el casero. Lo ideal es firmar en los días de Luna Creciente.
7.- Equipamiento del local. El equipamiento de los muebles y la mercadería debemos tratarlos con el mismo criterio que a una mudanza. Toda mudanza que tenga lugar en un momento en que la Luna, el Sol y Júpiter estén bien “alineados” produce buenas utilidades, en tanto que todo negocio con Saturno, Urano, Neptuno y Plutón “mal aspectados” en el momento del traslado de las cosas sufrirá la contracción y hasta quiebra del negocio.
8.- Inauguración del negocio o apertura al público. El último paso, que quizás sea el más importante para lograr el éxito de nuestro negocio, es la inauguración o apertura de la(s) puerta(s) al público. Es importante hacerlo en el mejor día y hora, recordando las palabras del libro bíblico Eclesiastés que nos dice todo tiene su tiempo, que existe un tiempo para abrir, un tiempo para cerrar, etc.
Si supiésemos que la cosmobiología puede ayudarnos a hacer que nuestros negocios sean exitosos, y si supiésemos también que en un año existen muy pocas fechas que podemos considerarlas auspiciosas para poner en buena marcha nuestros negocios, seguramente que recurriríamos a esta ciencia que nos ayuda a conocer el futuro y a saber por dónde ir, como lo hace, por ejemplo, el “waze”, o navegador satelital, que nos lleva por las calles más convenientes para llegar a tiempo y bien a nuestro destino.