Seis años atrás, mi esposa ingresó al banco donde tenemos nuestra cuenta y encontró a una jovencita muy amable quien la atendió con mucho cariño, y entre ellas surgió una linda amistad.
En una de las visitas al banco, mi esposa y Diana (que es como llamaré a esta simpática dama) entre las cosas que conversaron abordaron el tema de los astros, y, claro, Diana se enteró de mi actividad. Mi esposa le contó sobre el Factor 3M del Éxito y, Diana le dice a mi esposa que tiene un problema renal y que eventualmente tendría que entrar en diálisis e inscribirse en una lista para recibir un riñón.
Tratando de animarla y, también, ayudarla, mi esposa le propuso a Diana que se mude de casa en un día y hora que los astros le permitan tener un mejor funcionamiento de sus riñones, le propuso, también, que reciba su cumpleaños y, sobre todo, su anticumpleaños en determinado lugar, que su sistema renal trabaje mejor. Su enfermedad avanzó, salió bajo una licencia de enfermedad y, claro, cuando mi esposa iba al banco dejaba saludos para ella, dejando su número de celular en caso quisiera comunicarse.
Un día, mi esposa recibió la llamada de Diana y le contó que entró en diálisis y que estaba en esperando un riñón compatible para que se lo trasplanten. Diana le preguntó a mi esposa si yo podía ayudarla con una nueva fecha de mudanza e indicándole, también, algún lugar donde ella pudiera viajar para recibir su cumpleaños, claro cerca de su ciudad, tal vez con estas dos acciones podrían ayudarle a recibir pronto un riñón y de esta manera acabar con tres años de diálisis, ¡tremendo!
Le sugerí a Diana varias cosas, primero adoptar una mascota pero no podía haber ningún animal dentro de casa porque sería exponerse a cualquier virus o infección. Le propuse viajes de cumpleaños y anticumpleaños, pero ya no podía viajar. Le propuse que se mude casa pero no tenía el respaldo económico (su matrimonio había colapsado); entonces, le propuse que hiciera una remudanza, la cual vio bastante factible y aceptó.
La cosmobiología en acción
Ella no se imaginó, que tenía que sacar todas las cosas de su casa, ponerlas en un depósito y retirarse por 40 días, sin opción de regresar a casa aunque sea por un instante. Diana y su hijo fueron a la casa de los padres de ella a pasar los 40 días. El ingreso lo hicieron en un día y hora que les calculé.
El 29 de diciembre de 2019, una fecha que con anterioridad la pregoné a los cuatro vientos como un día extraordinario para toda persona que quisiera hiciera suya se vería favorecida.
El 16 de enero, la llamaron del hospital para decirle que había un riñon disponible, de un donante que había tenido hepatitis, pero lo sorprendente y maravilloso está aquí, el hospital la había puesto en la posición cuatro como receptora de riñón, de una larga lista de donantes donde Diana era una de las últimas.
El 23 de enero, Diana recibe la llamada del hospital y le dicen que había un riñón disponible y que en el caso la paciente que estaba en la posición anterior a ella no estuviera disponible, Diana, sería quien recibiría el riñón.
El 21 de febrero (2020), Diana le escribe a mi esposa, le cuenta que su papa está muy grave en el hospital y si se podía hacer algo por él. El papá no podía viajar, no podía moverse de cama, etc. Le dije que solo podía pedir por él en mis oraciones a Dios.
El 12 de junio, cuando Diana está enterrando a su padre recibe una llamada del hospital: “tenemos un riñón compatible para ti, es de un joven de 24 años que está en estado de coma y la familia ha dado autorización para donar sus órganos. Tienes que presentarte lo más pronto posible”. El hospital estaba y está en Jacksonville, a 4 horas de Miami.
“En medio del dolor por la pérdida del padre vino a mí una gran alegría. Sentí que mi padre había llegado al cielo para pedir por mí, eso es lo primero que pensé”, le dijo Diana a mi esposa.
Al día siguiente, 13 de junio, a las 8 y 30 de la mañana, Diana recibió su nuevo riñón. Después de la operación ella nos llamó, su voz nos indicaba que estaba muy feliz, pero, a la vez, agotada. Solo llamó para transmitirnos su inmensa alegría y decirnos que estaba convencida que la remudanza de casa le había ayudado a encontrarse con su nuevo riñón.
Diana sigue en Jacksonville, debe de quedarse en esta ciudad para continuar con su posoperatorio hasta la primera semana de agosto. Estará fuera de su casa 40 días, ella debe o debería de reingresar a su casa en día y una hora que le ayude a reinsertarse a su actividad laboral, “que lleve una buena relación con su nuevo riñón” y que vuelva a ser feliz, sin tener que estar tomando medicamentos. Ojalá que esto último pueda ser posible.
El día que Diana se remudó, el 29 de diciembre de 2019, la Luna estuvo en conjunción con Venus lo que le favoreció para atraer hacia ella un riñón. Ella sabe que los efectos de la mudanza no superarían los cuatro años (contados desde el 29 de diciembre 2019), por lo tanto cuando Diana regrese a su casa en agosto debe hacerlo en un momento que supere el pronóstico astral.
¿Puede haber tanta casualidad? ¿Fue el padre de Diana que intercambió de puesto con su hija? ¿Puede ser que en realidad podemos encaminar los astros? Lo dejo aquí, pidiéndoles a ustedes mis queridos amigos que den la respuesta.
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