Lo más natural en la vida de una pareja recién casada es el deseo de empezar a formar una familia, pero ¿siempre un bebé llega con un pan bajo el brazo? La siguiente historia de una joven chilena a la que llamaremos “Fiorella” relata cómo es que los sueños de ella y de su esposo casi fueron derrumbados en un abrir y cerrar de ojos.
Fiorella y su esposo Miguel son un matrimonio joven, cuya historia de amor empezó en sus tiempos universitarios 12 años atrás. Ambos son graduados de ingeniería industrial y trabajan en dos importantes empresas en el área de tecnología. El camino profesional y económico de ambos iba en ascenso y acordaron llevar su relación a un siguiente nivel: el matrimonio. En el cumpleaños número 29 de Fiorella, Miguel pidió su mano frente a sus familiares y amigos más cercanos. La pedida de mano fue de ensueño y el matrimonio mejor aún, el cual se llevó a cabo solo 1 año después de formalizar el compromiso.
Luego del esperado matrimonio, los recién casados se mudaron a un hermoso departamento muy cerca al centro empresarial de Santiago de Chile. Sin embargo, la pareja sentía que aún les faltaba algo. Querían formar una familia. Tuvo que pasar un año para que Fiorella pudiera salir en estado y luego de 9 meses y medio le dieron la bienvenida a Rodrigo, su primer hijo. Fiorella decidió dejar su trabajo para dedicarse a hacer consultorías en casa y así poder cuidar del bebé. Los primeros 6 meses fueron muy complicados para la pareja ya que eran primerizos y les costaba levantarse en las madrugadas para atender al niño. Casi a los 11 meses del nacimiento de su hijo, Fiorella empezó a sentirse muy cansada, pero ella lo atribuía a las malas noches, al trabajo y al cuidado de su hijo durante el día. Es así que ella junto con Miguel decidieron contratar a una nana para que cuidara de su hijo durante el día y así Fiorella pueda tener más tiempo para sus consultorías en casa.
Luego de un tiempo, y a pesar de contar con la ayuda de la nana, Fiorella no solo se sentía aún más cansada que antes, sino que su cansancio estaba acompañado de un cuadro de ansiedad y al borde de la depresión. Fiorella empezó a desarrollar un carácter muy agresivo y, por momentos, también melancólico. Bastante preocupado, Miguel le insiste a su esposa para que puedan acudir a un especialista, asumiendo que lo que Fiorella atravesaba era un cuadro de depresión posparto. El doctor le indicó a la pareja que era casi imposible que Fiorella tuviera tal diagnóstico ya que esta condición se presenta en las madres después del parto o al menos durante los primeros meses del nacimiento del bebe, pero no después de casi 2 años.
Sin saber qué hacer, Miguel comenzó a averiguar sobre diferentes alternativas para ayudar a su esposa. La fe se le agotaba y el dolor por ver a su mujer así era mayor cada día. De pronto, una compañera del trabajo de Miguel se enteró de los problemas que atravesaba la pareja. Se acercó a él para ayudarlo a través de su testimonio:
“Miguel, tu situación me hace acordar mucho a lo que viví con mi esposo después del nacimiento de mi segundo hijo. Luego de la llegada al mundo de mi bebé, mi esposo entró en un cuadro de depresión repentino que terminó en el despido de su trabajo por su mal desempeño. Estuvimos en una crisis económica por casi un año sin saber qué hacer, pero un día una amiga del colegio me habló de la cosmobiología. Con muchas dudas, pero a la vez bastante fe, acudí con el maestro Rubén Jungbluth. Él me explicó con exactitud que incitó la crisis en mi esposo y en mi hogar. Y no solo eso, sino que también me indicó las acciones que debía tomar para salir de ese hoyo. Han pasado casi dos años desde que conversé con el señor Rubén y, gracias a sus consejos, mi esposo consiguió un nuevo trabajo y yo logré el ascenso que estaba persiguiendo hace mucho. ¡Él te ayudará!”
Fue así que en enero de 2019, me comuniqué vía Skype con Miguel y tras contarme su historia, decidí ir directamente al grano: el análisis de la carta astral del nacimiento de su hijo Rodrigo. El niño nació cerca del mediodía, momento en el que el Sol brilla, razón por lo que, a pesar de los problemas familiares, a Miguel le iba bien en su trabajo. Por otro lado, identifiqué que el problema y el único causante del decaimiento de Fiorella fue que, en el momento de la llegada del bebé al mundo, la Luna (que representa a la madre) se encontraba en cuadratura con Saturno, planeta de la melancolía y de la nostalgia. Los influjos de Saturno estaban impactando directamente en la personalidad de Fiorella, generando así un cuadro de depresión cada vez más severo.
Miguel empezó a llorar. No podía creer lo que estaba pasando y se preguntaba cómo es que una criatura tan inocente podría traer tales consecuencias en la vida de sus padres. Miguel me dijo que, si bien él siguió trabajando, los ingresos habían disminuido, ya que Fiorella dejó muchas consultorías inconclusas. No sabía cómo afrontaría el pago del departamento que alquilaban y el sueldo de la nana. Ver a Miguel tan afligido, confieso que me perturbó y le dije:
“Siempre mira cada problema como una etapa de aprendizaje. Cuando salgan victoriosos de este problema, el amor entre tú y tu esposa se hará más fuerte”.
Sabía que su economía estaba limitada así que no le recomendé hacer un viaje de reubicación geográfica, ni mucho menos adoptar una mascota porque generaría un gasto adicional. Fue entonces donde le dije:
