Descubre lo que hizo él y lo que tú también puedes hacer.
Muchos de nosotros conocemos la historia de Jack Ma, un joven común y corriente que trató de superarse, aprendió inglés por sí mismo, en muchas oportunidades trató de conseguir un trabajo con buena paga, pero no lo logró; se presentó a muchas universidades y ninguna lo aceptó. Pero, ¿qué distingue a este hombre de otros? ¿Estaba marcado que sería una persona de éxito o fue su persistencia?
Si estudiamos la carta astral de Jack Ma (n. 10 de septiembre de 1964, Hangzhou) veremos que nació para ser más que un profesor (Ma nació en el momento en que los planetas estaban distribuidos en todo el horóscopo, una condición importante para ser profesor), así como más que un ingeniero de sistemas y/o médico (profesiones influenciadas por la triple conjunción Sol–Urano–Plutón presente en el nacimiento de Ma). El Destino lo fue moldeando y encaminando hacia lo que se debía dedicar a través de las adversidades que ponía en su camino, y cuando llegó el momento (1999), la triple conjunción guiada por Urano (planeta que, desde mediados del siglo XX, dirige a la humanidad hacía la convivencia con los adelantos de la tecnología cibernética) “operó” sobre su psiquis y, aunque Jack Ma no sabía nada de tecnología, se sintonizó súbitamente con las influencias de dicho astro cuando fundó Alibaba (n. 4 de abril de 1999, Hangzhou), la más grande comercializadora electrónica del mundo.
Ma trae a mi mente el caso de un consultante muy exitoso en el mundo de los negocios. Este caballero llegó a los Estados Unidos cuando su país (Cuba) empezaba a sumirse en una gravísima crisis política y económica (1962).
La idea de este caballero era estudiar para encontrar un trabajo que le permitiera tener mayores ingresos que los que percibía como jardinero y luego mesero, pero cada dificultad que se interponía en su camino no lo dejaba estudiar. Entonces, decidió alistarse para pelear en la Guerra de Vietnam y tampoco fue aceptado; resignado, solo le quedaba trabajar, y lo hacía sin saber si salía o se ocultaba el Sol, él solo quería superarse, juntar dinero para ir a la universidad, pero el Destino lo colocó en una empresa procesadora de alimentos, apartándolo definitivamente de sus ideas de ir a la universidad.
Recuerdo que me dijo que su primer trabajo después de ser jardinero, fue el de lavaplatos, y luego se desempeñó como mozo, ganando muy buenas propinas; pero él quería ser profesional, sentía que había nacido para algo más, trató en una tienda de venta de mascotas, postuló a una compañía de seguros, entre otras cosas, pero no pasaba nada, y siempre regresaba a los negocios relacionados con alimentos.
Un día, la empresa de alimentos para la que trabajaba decidió vender el negocio, pero la suma de dinero que pedían los dueños era exorbitante para mi consultante.
Él llevaba varios años trabajando en dicha empresa y más de una vez soñó en comprarla si tuviera la oportunidad, pero se desmoralizó al saber el monto que pedían por la empresa. Pasaban los meses y no aparecía nadie que quisiera comprar la empresa, hasta que la esposa de mi consultante le dijo: “Ve a la Iglesia y proponle a Jesucristo hacerlo socio con el 33,33 % si te ayuda a comprar la empresa”. Para abreviar esta historia, solo diré que actualmente este caballero es un gran benefactor de la humanidad.
Sin ir muy lejos, he contado muchas veces que soy ingeniero geólogo, pero cuando terminé mi carrera e iba al campo (centros mineros) era una tortura para mí, empezando porque ya me había vuelto vegetariano y no podía hacer mis prácticas de yoga; poco a poco me di cuenta que, aunque la carrera de ingeniería me ayudó mucho, sobre todo, con las matemáticas y astronomía para entender la cosmobiología, mi vocación era investigar qué cambiaba la vida de las personas para bien o para mal. Veinte años después de haber estudiado geología comprendí que mi vocación estaba en la cosmobiología.
En mi horóscopo, Urano me decía todo el tiempo que mi futuro estaba en lo que este planeta representa o influencia. Sí, me tomó 20 años entenderlo, y de seguro lo habría comprendido en menos años si hubiera sabido leer mi carta astral o hubiera contado con una asistencia cosmobiológica en mis días de estudiante preuniversitario. Pero, si buscamos sintonizarnos con Dios y con su Creación, tarde o temprano llegaremos a conectarnos con nuestro Destino y nos dedicaremos a lo que hemos venido a hacer en este mundo. Si esto se da temprano, nuestra vida bien podría ser como la de Jack Ma.
Recuerda que conocer lo que dice tu Carta Astral es estar un paso más cerca de alcanzar el éxito.