LA GRAN ILUSIÓN DE TENER UN BEBÉ

Una pareja joven, bastante organizada y con objetivos claros esperó a tener su casa propia, así como la comodidad suficiente o indispensable, según ellos, para recién traer a un bebé a nuestro mundo.  Es indudable que este pensamiento está ganando espacio hoy en día en los matrimonios, pero, ¿todas estas programaciones o planeamientos contarán con el respaldo del cosmos para que el desenlace sea el cumplimiento de los sueños y anhelos de los padres?

 

He aquí la historia de los esposos Cristina y Pedro, quienes habían leído mi libro El Secreto de tu Hora de Nacimiento antes de solicitarme una reunión. Después de presentarnos, fueron directo al grano con la siguiente pregunta: ¿Qué nos recomienda hacer para salir del pozo sin fin en que nos encontramos cayendo y cayendo, sin parar, y que comenzó 4 meses después de que naciera de nuestra hijita, la que concebimos con tanta ilusión y ya tiene año y medio de vida?

En efecto, a los 4 meses de haber nacido Carolina, Pedro se quedó sin trabajo y, tres meses más tarde, a Cristina le redujeron sus ganancias por comisiones a la mitad.

 

En cada oportunidad que podemos, repetimos, a través de nuestras conferencias, vídeos y entrevistas, que es mejor un nacimiento en Luna Nueva que en Luna Llena.  Carolina nació en Luna Nueva, pero sus padres están yendo de mal en peor. ¿Qué pasó aquí? Bueno, no basta con que un bebé nazca en Luna Nueva, como no es suficiente ver en el calendario que, por ejemplo, la Luna Nueva se producirá “en tres días” y, entonces, me mudo de casa o ingreso una mascota a mi hogar. Tenemos que buscar la mejor hora y minuto del día, del día no de la noche, para alumbrar un hijo, sobre todo, para mudarse de casa y adoptar una mascota.

 

“El problema para Cristina y Pedro” se encuentra en el hecho de que Carolina nació de noche, y, aunque esto no pudo evitarse porque a Cristina hubo que practicarle una cesárea de emergencia e inevitablemente tenía que ser de noche, esta pareja de esposos desconocía que podía reorientar sus destinos buscando el mejor día y hora para que Carolina ingrese por vez primera a su hogar.

 

Pero, ¿qué diferencias tangibles encontramos en los nacimientos ocurridos en Luna Nueva, unos en el día y otros en la noche? De manera simple, pensando a la vez en los lectores que recién se unen a nuestro “círculo de amigos”, señalamos que en Luna Nueva (que es una fase de la Luna que dura tres días), el Sol, que simboliza al padre, y la Luna, que simboliza a la madre, están juntos en un mismo lado de la eclíptica, indicándonos que el padre y madre están juntos y que juntos correrán la misma suerte. 

 

El Sol, que simboliza también el éxito y prestigio, brilla de día, no de noche; por ende, si una criatura nace de día, el padre brilla con éxito y prestigio (esto es real en un 89% de nacimientos en el año), pero si nace de noche: una fuente de problemas brota espontáneamente para el padre (excepto para un porcentaje pequeño de nacimientos nocturnos que ocurre en momentos en que Júpiter forma ángulos de 120° o trígono con  la Luna Nueva).

 

En Luna Nueva, lo que le ocurre al padre (el Sol) también le ocurre a la madre (la Luna). ¿Por qué? Porque el Sol y la Luna están juntos por tres días, y cuando estos dos astros aparecen en el meridiano superior del lugar de nacimiento (que ocurre cuando el nacimiento es al mediodía), el padre y la madre brillan; pero en los nacimientos nocturnos en Luna Nueva, al Sol y a la Luna no se les ve en el firmamento, por lo tanto no brillan, no tienen éxito; más bien, lo que tienen estos padres a partir del nacimiento son problemas tras problemas, que inclusive aparecen antes del alumbramiento como señal de que la criatura va a nacer de noche.

 

Sí, no es suficiente buscar la llegada de la Luna Nueva, porque estaríamos analizando únicamente las influencias del Sol y de la Luna. ¿Y los planetas? Es correcto, debemos analizar la relación de las luminarias con los planetas y, en función a esto, recomendar el mejor día para el nacimiento (esto es posible si programamos el nacimiento desde la concepción). No todas las Lunas Nuevas son buenas o beneficiosas, así como no todas las Lunas Llenas son negativas. ¡Importante, ¿cierto?! Especialmente si queremos adoptar una mascota o mudarnos de casa.

 

¿Es acaso una prueba lo que Cristina y Pedro tienen que soportar con sus cabezas gachas? En su Capítulo III, el Eclesiastés nos dice que todo lo que sucede en la Tierra tiene su tiempo y su medida; si queremos estar bien, si queremos disfrutar del bienestar, tenemos que conocer el mejor momento para hacer las cosas, el mejor momento para nacer, el mejor momento para adoptar.

 

Seguramente que ustedes, amigos lectores, se imaginan que les recomendé a estos jóvenes esposos para que salgan o comiencen a salir de sus problemas: correcto, fue la adopción de una mascota, la misma que ingresará en noviembre cuando la Luna y Júpiter estén debidamente alineados. Sí, he tenido que hacerlos esperar dos meses a pesar de la prisa que tienen por salir de sus dificultades. Sucede que no se trata de llevar una mascota a casa por llevarlas; tenemos que hallar la fecha y, sobre todo, la hora para que ingrese a nuestro hogar.

 

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