¿POR QUÉ MI PAREJA ES TAN CAPRICHOSA Y CAMBIANTE?

Vemos en muchas parejas que uno de ellos se comporta como un niño o niña y el otro como una madre o padre, él dice una cosa y hace otra, y ella actúa caprichosamente, … llegando hasta producirse el colapso de la relación. Sí, la causa es la influencia de la Luna que, está perfectamente probado y comprobado, tiene incidencia sobre la pleamar y bajamar así como sobre los líquidos de nuestro organismo, el mismo que tiene una relación directa sobre nuestro cambio de ánimo, “haciéndolo” voluble al ritmo de la Luna a través del zodiaco.

La Luna completa su vuelta por el zodiaco en 27 días y medio, y cada dos días y medio cambia de signo. Esto significa que, si hoy la Luna está en Sagitario, la psiquis del individuo se inclinará hacia el juego, la aventura o a ir a la iglesia; pero, dentro de dos días y medio nuestras emociones y deseos cambiarán por el del autocontrol, el cálculo y la manipulación, debido a que la Luna se ubicará en el signo de Capricornio. Y así, cada dos a tres días, al ritmo de la fusión de las influencias de la Luna con cada signo del zodiaco, nuestras preferencias, nuestros sueños y hasta nuestros caprichos cambiarán, cambiarán de acuerdo al significado de cada signo del zodiaco.

Asimismo, cada 29 ½ días, la Luna se encuentra con el Sol en un mismo signo del zodiaco, para formar una Luna Nueva y con ello inaugurar un tiempo nuevo: un nuevo ciclo de prosperidad, que durando 29 ½ días, está sujeto a cambios cada 3 ½ a 4 días (que está en estrecha relación con las 8 fases de la Luna). Entonces, si sumamos los cambios (de humor, veleidades, etc.) a los que nos expone los influjos de la Luna, tenemos 20 tipos de estados de ánimo por mes, 20 tipos de comportamientos psicoemocionales, de vapuleos para nuestra alma, de preferencias, gustos, etc.

Y, ¿Cómo interviene la fecha de nuestro nacimiento en los vaivenes de nuestra alma?

Bueno, si en el momento de nuestro nacimiento, la Luna se ubica en un signo del elemento Aire, como Géminis, Libra o Acuario, nuestro ánimo será muy cambiante en sus preferencias de tipo intelectual y cognitiva, así como en su comunicación y desplazamiento. Las personas de cualquiera de estos tres signos cambian con facilidad sus pensamientos y palabras, afectando todo esto más a Libra, que termina en una indecisión y hasta parálisis, por no saber que opción elegir. Si la Luna está en los signos del elemento Agua: Cangrejo, Escorpión o los Peces, los cambios inciden directamente sobre los sentimientos, sensibilidad, sueños y firmeza para guardar secretos, trayendo una auto lamentación cuando la Luna está conectada inarmónicamente con signos y planetas que la perturban.

Movilizándose por los signos del elemento Fuego: Aries, Leo y Sagitario, la Luna nos impulsa a la acción sin previa invitación. Actuamos porque somos voluntariosos y entusiastas, pero una vez que tenemos la acción encaminada pasamos a otra actividad para demostrarnos que tenemos el poder para hacerlo y para demostrar que estamos vivos y podemos dominar. Asimismo, cambiamos por el anhelo de superación y evolución. Solo cuando nacemos y la Luna se ubica en cualquiera de los tres signos del elemento Tierra: Tauro, Virgo o Capricornio, nuestros sentimientos, nuestras emociones, gustos y preferencias son más estables, cambian menos o difícilmente cambian, nuestro estado de ánimo es más quieto, práctico e imperturbable, comparándolo con la presencia de la Luna por los signos zodiacales de los otros tres elementos.

Ciertamente, que la hora de nuestro nacimiento juega un rol muy importante, muchas veces más importante que el día de nuestro nacimiento. Ejemplo: si en razón de nuestro día de nacimiento tenemos a la Luna en Piscis, pero por nuestra hora de nacimiento tenemos la influencia de Tauro (es decir nuestra casa 1, que simboliza el comportamiento de la persona, recibe la influencia de Tauro), se impone la influencia de Tauro, que en suma “hace” que seamos más firmes en nuestros sentimientos; por lo tanto, no seremos fácilmente conmovidos y no actuaremos sensibleramente.

Como siempre digo, la culpa no es de la persona, lo que sucede es que nació con ciertas influencias de los astros que hace que actúe de tal o cual manera; pero realmente podemos controlar nuestro temperamento, nuestro ego, etc., con solo practicar la Yoga.

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