¿QUÉ PODEMOS ESPERAR DE ESTE ASTRO?
Urano, planeta que completa una vuelta alrededor del Sol en 84 años, tiempo que coincide con el número de años que emplea en recorrer todos los signos del zodiaco (Urano transita los 12 signos de la astrología clásica más el decimotercero: Ofiuco). De acuerdo con la cosmobiología, Urano se distingue por sus influencias relacionadas con acontecimientos bruscos e imprevistos, protestas violentas, sublevación, rebelión, revolución y enfrentamiento contra el orden existente; asimismo, se relaciona con la anticipación, sorpresa o sucesos que se adelantan y los cambios que suelen presentarse repentinamente.
Urano transmite influjos que llevan a las personas a la renovación, innovación y producción de inventos (algunos para el mal y otros para el bien de la humanidad): inventos similares a la bomba atómica, que mayormente operan como acciones libertarias a gran escala.
Urano representa el progreso, libertad, independencia, tecnología de punta, electricidad, cibernética y originalidad.
Mirando la trayectoria de la órbita, después de 84 años, entre el 13 y 15 de mayo, empezará a “descargar” sus influencias sobre el signo del Toro, influencias que continuarán durante los próximos 7 años (hasta abril de 2026), por lo que, y siempre desde el punto de vista de la cosmobiología, habremos de vivir en un ambiente cósmico que impulsará a los individuos a poner fin a todo aquello que represente lo establecido, lo implantado, los fundamentos y dogmas, en pro de una renovación. Dentro de los cambios, encontraremos quiebras monetarias (sucumbirán algunos templos ortodoxos de Mammón) y, sobre todo, asistiremos a una generalización, que equivale a una revolución, en las operaciones bancarias, es decir, asistiremos a la globalización de la banca por internet y la convivencia con la moneda electrónica. Asimismo, y dentro de los planos de las realizaciones sociológicas y trascendentales, el periodo uraniano–taurino 2018 – 2026 permitirá que veamos las acciones (rebelión e innovación, entre otras) de unas pocas personas que, por su persistencia, beneficiarán a las grandes mayorías. Ah, viviremos, también y nivel mundial, una mayor actividad sísmica y las protestas contra la tauromaquia tendrán la aceptación que nunca ha tenido.
En los 197 años de vida republicana (197 años de nuestra República), desde su Independencia en 1821 hasta el presente año, 2018, el Perú ha vivido siete (7) momentos Sol – Urano inarmónicos (Urano en tránsito sobre el Sol de la Independencia del Perú) que han sacudido sus cimientos, pero aún sigue en pie. Estos siete momentos se presentaron en los siguientes periodos: 1828 – 1834, 1851 – 1856, 1891 – 1896, 1912 – 1918, 1934 – 1940, 1975 – 1980 y 1995 – 2002.
Esperamos que la República del Perú siga en pie, por encima de las sediciones y enfrentamientos reivindicativos “generados” por Urano.
Necesitamos que nuestra República siga en pie, para que pueda superar los años comprendidos entre 2024 y 2032, que califico de violencia extrema contra la democracia peruana (no por causa de las influencias de Urano contra el Sol de la Independencia del Perú, sino por las influencias de Plutón contra el Sol del Perú, que son aún más cruentas que las de Urano), pero bien podríamos evitar esta gravísima situación si logramos que se complete la refundación del Perú antes de 2024, haciendo que nuestros mandatarios dejen de juramentar su cargo el 28 de julio, y más bien lo hagan entre la segunda quincena de enero y la primera quincena de febrero.
Pero, ¿cómo se presentaría el ambiente psicológico y social en torno al bicentenario del Perú (28 de julio de 2021), producto del ambiente cósmico de los años 2018 – 2024, generado por las influencias de Urano en contra el Sol del Perú?
En primer lugar, debemos señalar que, con relación a los siete momentos o siete ambientes inarmónicos entre Urano (símbolo de la protesta, sublevación, rebelión y revolución) y el Sol (símbolo del presidente y del prestigio del país, en este caso, del Perú), que se presentaron a lo largo de nuestra vida republicana (desde 1821 hasta 2002), los acontecimientos se sujetaron a la sincronicidad (coincidencia en el tiempo de dos o más hechos, fenómenos o circunstancias, y constituye la regla básica en la que se apoya la cosmobiología) y muestran como una constante: acciones violentas de diferentes sectores de la población buscando que los gobernantes del Perú cambien la manera de conducir la nación, pensando en las mayorías y no solo en los grupos de poder (oligarquías). La represión del gobernante de turno contra los opositores es otra de las constantes.
Viviríamos un tiempo de excepción si, entre 2018 y 2024, nuestra patria, Perú, no acusa protestas violentas en las calles (eventos de anarquía, rebeliones, alzamientos armados, actos guerrilleros y persecuciones), y el gobierno de turno no las reprime.
Las influencias de Urano son súbitas y sorpresivas, por lo tanto, es importante que los gobernantes y gobernados fijemos, bien el rumbo hacia el que queremos llevar al Perú, para no repetir la historia de enfrentamientos en nuestra República (I República), en nuestro afán de tener una Nación Nueva, con igualdad de oportunidades de progreso y bienestar para todos (que bien podríamos denominar Peruano-Acuariana); máxime cuando hemos enunciado que, por una falta de visión de nuestros presidentes, entre los años 2024 – 2032, el Perú podría hacer añicos su democracia (2024 – 2032 serían años extremadamente violentos, propios de sublevaciones, terrorismo y guerra civil, en respuesta al ambiente cósmico formado por los influjos inarmónicos de Plutón).