El diccionario nos dice que el libre albedrío es la potestad que tiene el ser humano de obrar según considere y elija. Esto significa que las personas tienen libertad para tomar sus propias decisiones, sin estar sujetas a presiones, necesidades o limitaciones, o a una predeterminación divina.
Entonces, ¿por qué tenemos que conformarnos con lo que el destino nos trazó desde el instante que nacimos?
El Libre Albedrío y Lo Inevitable son como las dos caras de una misma moneda. ¿Cara o sello? Siempre verás el mismo lado de moneda si conoces las leyes de los planos superiores, que te permitirán dominar las leyes de los planos inferiores donde se desenvuelve el destino, el fatum, Ananké o Lo Inevitable. Es aquí donde la astrología, desde el punto de vista de la cosmobiología, interviene en nuestro auxilio para encontrar las salidas que buscamos.
Si alguien me hubiera dicho 45 años atrás (1971, año en que inicio mis estudios de cosmobiología) que el destino se puede cambiar, quizás mi vida habría sido diferente; me habría evitado tantos problemas, circunstancias poco agradables, fracasos, pérdidas y decisiones equívocas. Claro, como me dijo un buen amigo, “pero ganaste experiencia”. Sí, pero el tiempo no regresa y quizás habría avanzado más en mis investigaciones y ayudado a más gente, si en mis años de pre adultez hubiera tenido el consejo adecuado o, más bien, si hubiera hecho caso del consejo de mis superiores; pero, bueno, estoy aquí y ahora.
¿Qué les podría decir a los jóvenes de hoy, matrimonios que recién se inician, futuros empresarios, personas que serán padres algún día? Que sí podemos cambiar nuestro destino o, al menos, mejorar nuestras vidas en esta encarnación, que sí podemos zafarnos de la “marea de vicisitudes” en que se encuentra el 80% de la humanidad por causa de su hora de nacimiento. En pocas palabras, por nuestro desconocimiento de lo que indica con precisión el Eclesiastés (3:1): “Existe un tiempo para nacer, un tiempo para no nacer…” Pero, bueno, siempre hay una buena salida que nos permite llevar una vida digna y próspera, y lo primero que debemos hacer para que desarrollemos una vida serenamente feliz es no complotar contra uno mismo y tener la mente lo suficientemente abierta a las posibilidades de cambio (que está representado por los influjos de Urano en el campo de la cosmobiología).
Debido a mi fecha y, sobre todo, mi hora de nacimiento, me tocó vivir años de aislamiento, que “yo” decidí denominar “años de éxodo”, que me llevaron a comprobar que “no hay mal que por bien no venga” y que hoy presento a las personas que se rebelan contra su destino, amantes del libre albedrío, a través de lo que libremente he tenido a bien denominar el “Factor 3M del Éxito”, para que salten de la orilla de lo inevitable a la orilla de la ejecución de nuestra propia voluntad. Sí, El Factor 3M del Éxito: la programación de la Maternidad, la Mudanza y la adopción de Mascotas, que, no siendo una panacea en absoluto, en muchos casos, es la fuerza que nos introduce al “mundo paralelo” en el que anhelamos entrar para no ser vapuleados, por ejemplo, por los efectos de aquella pérdida de un embarazo, de aquella “mala mudanza” que no nos permite que encontremos al hombre o la mujer de nuestros sueños.
Sí, estoy de acuerdo con los que sostienen que vivimos rodeados por fuerzas que acosan nuestro futuro, pero, así como para toda fuerza de acción existe una fuerza de reacción, existe el conocimiento sobre el desconocimiento (por no decir, la ignorancia)
Hablando de un “mundo paralelo”, en un momento de nuestra vida, este se entrecruza con el “mundo que hemos dejado” o estamos tratando de dejar. Me explico: nueve años atrás (25 de enero de 2007), unos esposos perdieron un embarazo justo en el momento en que la Luna (la progenitora) y el Sol (el progenitor) iniciaban su fase de cuarto creciente (es decir, cuando estos dos astros se ubicaron a una distancia de 90º entre sí, lo que provoca fricciones en la relación de pareja). Siete años después (2014, siguiendo el ciclo Sol-Luna que se renueva cada 30 años), dicha pérdida entró en la fase conocida como Luna Llena “progresada”, que induce a enfrentamientos y dura hasta cuatro años (2014 – 2018), y ambos esposos están comportándose como enemigos (sí, astrología post mortem), a pesar de haber tomado las medidas sugeridas por el cosmobiólogo: adopción de una mascota y celebración de cumpleaños y anticumpleaños (atendiendo al Péndulo Solar). ¿Por qué está ocurriendo esto? Porque cada relación astral cumple su función. Esto podría llevarnos a pensar que, en suma, solo existe Lo Inevitable, o que este se impone sobre el Libre Albedrío de todos modos. Existe el Libre Albedrío, pero cada cierto tiempo tenemos que fortalecerlo con la previsión y el anticonformismo. He aquí la importancia de conocer la cosmobiología para tomar las medidas adecuadas.
En el caso de estos esposos, las medidas que han adoptado les están permitiendo que “el destino los encuentre con su voluntad fortalecida en el punto de encuentro de ambos mundos” (2014 – 2018), haciendo que crezca su Libre Albedrío y que, en suma, la pareja supere los efectos de Lo Inevitable (pérdida de embarazo), como hemos podido comprobar, ha sucedido en otros casos.
Esta semana me tocó una reflexión sensible. Los dejo con el siguiente mensaje (extraído del Internet), para que reflexionen a su vez:
“Muchas personas transitan por la senda que el destino les ha trazado, temerosas de explorar cualquier otra; pero, de vez en cuando, aparecen personas que derriban todos los obstáculos, que descubren que el libre albedrío es un don que jamás sabrán usar si no luchan por él. Creo que ese es el verdadero pilar del Ser Superior: que llegará un día en que el destino no diseñará el plan, sino ustedes [nosotros]”.