¿Me creerías si te digo que las pruebas y hasta las zancadillas que nos pone el destino están en relación con nuestra suegra y que, si nos llevamos bien con ella, aseguraremos nuestro éxito profesional y empresarial? Me explico.
Un horóscopo o carta astral se divide en 12 segmentos, o áreas de la vida, que nos informan lo siguiente:
- El primer segmento nos habla sobre la conducta y fisionomía del individuo;
- el segundo, sobre los artículos valiosos y dinero que adquirimos por nuestro esfuerzo;
- el tercero, sobre nuestros hermanos y nuestro entendimiento;
- el cuarto, sobre nuestros padres y nuestro país de origen;
- el quinto, sobre nuestros amoríos y nuestros hijos;
- el sexto, sobre nuestra salud y nuestro trabajo;
- el séptimo, sobre nuestro cónyuge y nuestros competidores;
- el octavo, sobre nuestra actividad sexual y muerte física;
- el noveno, sobre nuestra vida espiritual y nuestros compromisos en el extranjero o con extranjeros;
- el décimo, sobre nuestro prestigio, el éxito y nuestro futuro;
- el decimoprimero, sobre las protecciones y los amigos; y,
- el decimosegundo, sobre las enfermedades que nos exigen guardar cama y la privación de la libertad.
Para conocer detalles de la vida y entorno de nuestro cónyuge en horoscopía, convertimos el séptimo segmento en el primero; el octavo en el segundo; el noveno en el tercero; el décimo en el cuarto, y así, sucesivamente. El décimo segmento de nuestra carta astral nos informa sobre los padres de nuestro cónyuge, nuestros suegros; y, en especial sobre nuestra suegra, personaje que muchas veces cobra más relevancia que el suegro, al punto que solemos decir: “mi suegro, es chévere, pero mi suegra…”. ¡Nuestro destino es tremendo! El décimo segmento del horóscopo, la casa 10, es el “hábitat” de nuestro futuro, de nuestro éxito profesional, de nuestro auge empresarial, de nuestra reputación… y el de nuestra suegra.
En otras palabras, aunque suene a gracioso: “Nuestro futuro está en manos de nuestra suegra”. Normalmente, cuando un segmento es perturbado por un influjo planetario, todos los significados de este segmento se ven afectados. Podemos decir, entonces, que si nuestra reputación se afecta, también se afecta nuestro futuro, nuestra suegra, etc. Lo que acabamos de expresar me permite decir que podemos o deberíamos utilizar la fuerza cósmica que encierra la suegra para acrecentar nuestro negocio, pero ajustado a lo que nos señala el Eclesiastés, que nos dice que existe un tiempo para hacer cada cosa. Cuando no respetamos esto, más por ignorancia que por capricho, nos trae serios problemas; sino que nos lo diga el ex presidente peruano Alejandro Toledo, denunciado en abril pasado por lavado de activos, con relación a las operaciones de bienes raíces realizadas por su suegra en 2012.
Toledo, “trató de ocultar sus adquisiciones inmobiliarias, haciendo creer que eran de su suegra”, con lo que ambos no solo terminaron desprestigiados, sino denunciados penalmente. Esto “promete” convertirse, desde septiembre (2016) en un proceso “color de hormiga” para este expresidente, cuando Júpiter (el planeta de la justicia) “arrebate” todo posible triunfo a los nacidos en Aries, signo astrológico de Alejandro Toledo.
¡Zas!, enunciaremos que nuestros cuñados se ubican en la casa 9 de nuestro horóscopo personal; nuestros hijastros, en la casa 11; y las dolencias de salud de nuestro cónyuge, en el sector 12 (la casa 7 se convierte en la casa 1; la 8, en la 2,… y la 12, en la 6. Nuestra casa 12 es el lugar donde informaremos de qué enfermará nuestra pareja luego de nuestro matrimonio).
¿Y qué podríamos decir sobre nuestros cuñados? Con toda seguridad que, si tuviste problemas de estudios en la universidad o no fuiste a la universidad, tendrás problemas con tu(s) cuñado(s) si realizara(n) negocios. ¿Por qué? Porque la regla básica de la cosmobiología antes citada: “La perturbación cósmica que incida en un segmento o casa afecta a todo aquello que gobierna este(a) segmento o casa”.
Retomando el tema de nuestra suegra, quizás ella sea un poco metiche, recelosa y controladora; tanto, que no la soportas y, seguramente, te opones a que viva contigo. Recuerdo a una consultante colombiana que cada seis a siete meses recibía la visita de su suegra por varias semanas. Mi consultante no la soportaba; al punto que pretextaba compromisos en sus negocios para no llegar temprano a su casa y no cruzarse con su suegra. Bueno, cuando le expliqué la conexión que existe entre la suegra y el éxito empresarial, cambió su actitud hacia su suegra. Dos años más tarde, cuando nos encontramos en el aeropuerto de Miami, me contó que, desde que ella y su suegra se hicieron amigas, su negocio había mejorado mucho.
Seguramente que algunos o muchos de nuestros lectores podrían decir que todo lo que vivió mi consultante colombiana es pura coincidencia. Les digo que es más que pura coincidencia, y a aquellos que les gusten las comprobaciones, les pido investigar la relación Suegra vs. Nuera/Yerno. Yo lo hice, y comprobé que es cierto.
Recuerdo también que, en cierta ocasión, fijé la fecha de ingreso de una suegra a la casa de la nuera para que su visita sea breve y no larga como la suegra lo había planeado inicialmente. Cumplí con el pedido de mi clienta: dos semanas más tarde, su suegra se regresó a su país.
“¿O sea que, mientras más quiero a mi suegra, mayor será el éxito de mi negocio y se acrecentará mi prestigio?”, me dijo un consultante. Mi respuesta fue relatarle mi caso: “Cuando mi suegra venía a visitarnos, la trataba lo mejor posible, para que se sintiera acogida y querida. Cuando nos mudamos a Miami, mi esposa le asignó y decoró uno de los cuartos con baño privado para que se sienta contenta cuando nos visitara, yo lavaba los platos y ella los secaba, cocinábamos juntos, ella iba en el asiento delantero en el automóvil, le abría la puerta y la llamaba Mamá Beca. Ella era parca pero buena y, gracias a ella, pude conocer y casarme con su hija. Si mi suegra no hubiera alumbrado a su hija, mi esposa no hubiera existido”. “Buen punto”, replicó mi consultante.
Sea por interés o porque te nazca: ¿Quieres tener un futuro floreciente? Vive en armonía con tu suegra, lo que no significa que debas traerla a vivir a tu casa, porque imagínate a dos suegras viviendo en la misma casa. Esto me hace recordar que cuando veo la Luna mal ubicada en la casa 7 del horóscopo les recomiendo a los esposos que no vivan con ninguna de las dos suegras.
La Luna simboliza a la mujer mayor y los cambios de humor y, cuando este satélite se aloja en la casa 7, aporta la discordia entre los esposos. Bueno, si no es posible vivir sin la suegra, lo me queda es decir: “A mal tiempo, buena cara”.