Hay películas que, al terminar de verlas, nos llevan a decir. “¿Y, si lo que acabamos de ver pudiera tornarse realidad algún día?”.
No quisiera que me tomen por crítico de películas, porque estoy lejos de serlo, pero me gustaría expresar unas cuantas líneas acerca de “Destino Oculto” (The Adjustment Bureau), película que encontramos bajo la categoría ciencia ficción, lo que -a mi parecer- no lo es, porque se trata de la vida misma y, mientras la veía, me venían a la mente las historias de muchos de mis consultantes.
Para aquellos que no la vieron, la película comienza cuando David Norris (personificado por Matt Damon) conoce a Elise (Emily Blunt) en el preciso momento en que él va a dar una conferencia para promover su candidatura a senador. ¿Estaba escrito en sus destinos que se conocerían? Tal vez sí, tal vez no. Lo cierto es que se conocen en un baño de varones en el que ella irrumpe, y en un instante se ven envueltos en “una atracción” y se dan “un beso”, un beso que sella su unión en el cosmos (una de las reglas básicas de la cosmobiología es que todo comienzo desarrolla una historia que podría ser como una chispa que arrasa una pradera). ¿Acaso Venus y Marte estaban debidamente alineados para ellos y les indicaban que nada ni nadie podría separarlos? Pienso que sí, porque dicho alineamiento es importante para la atracción y formación de la pareja, pero toda atracción no produce un amor posible en todos los casos.
La misión del destino es jugarles tretas y hacerles trampas para separarlos; y lo consigue. Durante un largo tiempo David usa una misma ruta para ver si encuentra a Elise, y no ocurre nada… hasta que el alineamiento de aquellos planetas que “permitieron ese primer beso” vuelve a repetirse; vuelven a encontrarse y se declaran su amor; pero el destino se interpone una vez más y los chantajea, diciéndoles que el futuro solo les traería desgracias si permanecen juntos, pero el amor de ambos es más fuerte que el chantaje, ¡es un amor verdadero, no es obsesivo ni instintivo, no está gobernado ni por Eros ni por Nessus!, por lo que resuelven burlar al destino.
En este punto, al final de la película, punto central de nuestro relato y reflexión, una voz del más allá [seguramente el destino] narra: “Muchas personas transitan por la senda que fijamos para ellas, temerosas de explorar cualquier otra; pero, de vez en cuando, aparecen personas como ustedes, que derriban todos los obstáculos que les ponemos, personas que descubren que el libre albedrío es un don que jamás sabrán usar si no luchan por él. Creo que es ese el verdadero pilar del Ser Superior: que llegará un día en que nosotros no diseñemos el plan, sino ustedes”.
No sé qué dirán ustedes, pero sentí que era algo que debía escribir en este boletín, para que todos hagamos nuestras aquellas palabras “del más allá”. Es un mensaje que debemos tomar siempre en cuenta si queremos conquistar lo que deseamos y anhelamos. Es importante conocer cómo se mueve el cosmos, saber cuándo se repiten los ciclos que nos crean las adversidades o tratan de hacer que caigamos nuevamente en ellas.
Todos soñamos con una humanidad superior y algunos están trabajando por que sea así; todos queremos encontrar a personas con valores, integridad, compasión y visión para hacer los cambios que nos hagan vivir con dignidad en este mundo.
Bueno, me despido con un pensamiento que vale la pena considerar: “El conocimiento del cosmos te permite manejar el libre albedrío a tu favor y cambiar tu destino, reescribiendo el guión de tu propia vida”.